Festival Fauna Primavera 2022, día 2: Flores sencillas
Movistar Arena, 7 de diciembre 2022.
Por Jaime Farfán.
Fotografías por Francisco Aguilar A.
“Es la primera vez que tocamos este tema en vivo” declaró un humilde Robin Pecknold, la mente principal detrás de Fleet Foxes, hacia al final de su presentación en el Festival Primavera Fauna. Eran el punto fuerte del segundo día, y los fans más fieles tenían una sorpresa preparada. Informados por fuentes no relevadas, o tal vez guiados por la corazonada de que el lugar, Santiago, haría que las cosas fueran así, organizaron un gesto, un pequeño toque mágico para cuando los norteamericanos interpretaran la canción escrita en honor de nuestro más grande cantautor “Jara”. Al iniciar las guitarras, en las primeras filas se elevaron varias flores en el aire. Claveles rojos, ásteres blancos y estátices morados, arriba en símbolo de la inmortalidad de la música. Poco después, un cartel se levanta también. “Victor Lives”, dice.
Una celebración sencilla, compacta pero llena de emociones se produjo en los alrededores del Movistar Arena, durante la tarde del miércoles, en la segunda jornada del festival Primavera Fauna. Sirviendo como introducción a uno de los últimos feriados del año, permitió a varios de los asistentes relajarse y disfrutar a sus anchas de sus artistas favoritos. Sin ocupar la gran cancha bajo la cúpula principal, la organización optó por dos escenarios pequeños, montados en las áreas verdes hacia los costados del recinto. Lo que parecía una apuesta arriesgada funcionó bien, ya que los espacios permitieron moverse con comodidad, solo con la interrupción ocasional de los gritos provenientes desde las otras atracciones del Parque O’Higgins.
Con una brisa ligera ayudando a amortiguar el calor y rodeada de verdes árboles filtrando los rayos de sol, la norteamericana Lindsey Jordan, mejor conocida como Snail Mail hizo su debut en los escenarios locales. La joven guitarrista, esgrimiendo un indie rock suave pero lleno de colores sonoros, llenó la tarde con varios temas de su álbum más reciente, “Valentine”. Aunque la mayoría de las canciones que tocó venían de su último disco, partió el show con la deliciosa “Heat Wave”, uno de los singles destacados de Lush. Los apasionados riffs de guitarra brillan y arrancan gritos de entusiasmo, al igual que los gruesos acordes de bajo en “Ben Franklin”. Una paleta musical atractiva, amigable, es lo que la artista entrega, transparentando su pasión en la pureza de sus canciones.
Mientras tanto, sin ninguna presión se acumulan los seguidores de Yorka, quienes pasadas las 19:00 suben al escenario Patagonia. La banda de las hermanas Pastenes alegran la tarde de primavera con su pop refrescante, brillante y juvenil, promocionando principalmente el disco Chao, lanzado este año. “Siempre quise tocar con Fantasilandia atrás” ironizan las cantantes, sin embargo, su creatividad no se amedrenta con las limitaciones del ambiente, logrando mantener una fuerte conexión con el público.
Al otro costado del recinto, Molly Rankin y compañía se alistaban para recolectar los frutos de la victoria. Los canadienses de Alvvays vinieron a Santiago a cerrar uno de los mejores años de su carrera, tras el lanzamiento del exitoso disco Blue Rev aclamado por la crítica y amado por sus seguidores. Una presentación de ensueño entregó el grupo canadiense, maestros expertos en equlibrar las densas ondas del shoegaze y las distorsionadas con las pegadizas melodías pop. Así, partieron con “Pharmacist”, cargado de guitarras expansivas, una inyección de adrenalina que marcó la pauta del resto del set. Un recorrido hipnótico y cautivante, donde sonaron impecables, ayudada por la energía que la baterista, Sheridan Riley, depositó en cada golpe. Ya progresando la noche las luces sobre la cúpula del Movistar Arena empezaron a encenderse, así como las voces se elevan en una dorada interpretación de “Dreams Tonite”.
Fleet Foxes llegaba una década tarde, y la pasión con la que los sencillos más clásicos, como “Mykonos” o “White Winter Hymnal” fueron coreados lo puso en evidencia. No obstante, la larga espera valió la pena, ya que Robin Pecknold, maduro y endurecido por la vida, elegió Sudamérica para cerrar el Shore Tour, y no escatimó en recursos para hacerlo. Acompañado por una banda extensa, incluyendo miembros antiguos como Skyler Skjelset, Morgan Henderson y Christian Wargo, nos dio un recorrido por su amplio catálogo de composiciones.
La noche inició con paso seguro sonando “Sunblind” y “Can I Believe You”, ambos temas del último disco. Discreto y participativo, con su delgada figura envuelta en tonos terrosos, Pecknold agradeció suavemente entre cada canción, interpretadas con maestría, haciendo gala de su resonante capacidad vocal, una de las representativas del indie rock. La variedad de instrumentos sobre el escenario hizo que la épica “The Shrine/An Argument” sonara tan masiva como se esperaba, impactando con bronces robustos y complejas pero prístinas armonías.
Haciendo que la hora y media se nos escape entre los dedos, mientras estamos absortos cantando, Fleet Foxes emociona y demuestra el alcance de sus talentos. Pasando de los melódicos versos en portugués de “Going-to-the-sun Road”, al cierre con el glorioso himno “Helplessness Blues” nos despedimos con el corazón lleno de satisfacción. En medio de una ovación, las flores elevadas en “Jara” se lanzan con amor hacia el escenario, Robin recoge uno de los claveles con una amplia sonrisa. “Volveremos pronto”, dice emocionado, abriendo con su voz otro portal a la esperanza.
Setlist Fleet Foxes:
Sunblind
Can I Believe You
Ragged Wood
Your Protector
He Doesn’t Know Why
Featherweight
Third of May/Ōdaigahara
White Winter Hymnal
Phoenix (Big Red Machine cover)
Mearcstapa
Mykonos
A Long Way Past the Past
Jara (Live debut)
Blue Ridge Mountains
Grown Ocean
The Shrine/An Argument
For a Week or Two
Going-to-the-Sun Road
Helplessness Blues
>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA PINCHANDO EN ESTE TEXTO <<<