Emir Kusturica & The Non Smoking Orchestra en Teatro Caupolicán: La última fiesta en Santiago
3 de Octubre 2022.
Por Amaranta Cartes.
Fotografías por Javier Martínez.
Cuesta creer que Emir Kusturica sea una persona de casi 70 años de edad. Y desconcierta ver a su banda de señores tocando la música que tocan, emitiendo energía descomunal desde el escenario, con una mezcla de juventud y tradición. A pesar del carácter perenne y atemporal de la música de Kusturica y su banda, el motor de la gira es, justamente, el retiro. Y con esto nos referimos a la jubilación de los escenarios de la faceta musical del cineasta y músico serbio quien anoche, junto a The Non Smoking Orchestra (TNSO), hizo temblar al Caupolicán por última vez, despidiendo una relación de 23 años con su público con un “Last party in Santiago”.
La apertura de la fiesta estuvo a cargo de la banda nacional Balkandino, agrupación fundada por el ex integrante de La Mano Ajena, Rodrigo Latorre. Es importante destacar el carácter pionero de La Mano Ajena como una de las primeras aproximaciones a la música balcánica que alcanzó amplia notoriedad en Chile, siendo la primera banda latinoamericana en ser invitada por el mismo Kusturica a participar en su festival Küstendorf, en Serbia. Es por eso que la aparición de esta nueva agrupación resulta tremendamente oportuna para tomar la posta de la música que desde este suelo recoge lo klezmer, balcánico, gitano, árabe, etc. y lo complementa con ritmos de origen latino y andino. No solo su nombre lo dice, sino también las canciones que anoche compartieron con el público más afín a su proyecto que podrían pedir, como “Me voy me voy”, “Cumbia triste” o “Spaguetti Klezmer”, con las que el Caupolicán pudo anticipar el show venidero.
Alejados de la parafernalia de los medios de comunicación y las redes sociales, Emir Kusturica y The Non Smoking Orchestra traen parafernalia propia, una que no implica ausencia de cámaras, pero que las pone en función del registro más que de la publicidad. Así Emir entró al escenario seguido por un camarógrafo que bien podría haber estado dejando registro de su última película. Y es que la intención es precisamente crear material cinematográfico a partir de la gira de despedida. Luego de la primera canción, una “Tarantella” para encender los ánimos, el afamado director de su propia vida comenzó a presentar cada una de las canciones usando como cortina la canción de la Pantera Rosa de Henry Mancini. Y de la misma manera en que el equipo de cámaras convertía el concierto en una película, las películas se convirtieron en canciones en el escenario del Caupolicán, evocadas por la ejecución de la banda que musicalizó dichas obras maestras en el cine. La vida es un milagro fue la primera película en aparecer, seguida de Gato negro, Gato Blanco con el ska en “Das Ist Meine Stadt”.
En los 23 años de existencia de la formación actual de la TNSO solo han publicado oficialmente dos discos, el último de ellos hace 4 años titulado Corps Diplomatique, el que se manifestó a partir de la cuarta canción del espectáculo, “Fuck you MTV”, en la que pidió la participación del público para gritar improperios contra la cadena musical cada vez que correspondiera ante la señal de la letra: “Do you agree?… Fuck you MTV!”. Con la energía de sus 67 años, Kustu transitaba de una punta a otra del escenario cantando esta canción con tintes de metal mezclada con vientos. Con el orgullo deportivo correspondiente a los serbios, tomó el micrófono como raqueta y comenzó a jugar tenis con el público, creemos, haciendo alusión a su patrimonio tenístico representado por Novak Djokovic. Con la música de la Pantera Rosa, se introdujo la historia de la canción “Scared of dental drills”, también perteneciente a Corps Diplomatique que cuenta la historia del acordeonista (suponemos, inventada) Zoki Milosevic, a quien Kusturica llamó durante toda la noche como Yuri Gagarin, el cosmonauta soviético que, en esta versión de la historia, se había convertido en músico luego de que el dentista le prohibiera ser astronauta por tener un diente malo. La siguiente canción del álbum, “Cerveza”, estrechó la relación con el público, tanto por la temática como por ser una canción en castellano que tiene como premisa que la cerveza es el único dios.
Entre las distintas historias inventadas, una real apareció en escena, dejando claro que Emir Kusturica fue muy amigo de Diego Maradona. Luego convocarlo esperando que lo estuviera mirando desde algún extraño ángulo del mundo, cantaron el cover de Rodrigo de la canción “La mano de Dios”. Ya con el público en el bolsillo, dieron paso a “Unza Unza Time”, canción que Emir reconoce como una de las favoritas de los chilenos. Y se notó. Para finalizar el bloque latino, la canción “Tito Puente”, dedicada al eximio percusionista puertorriqueño, con Emir a la cabeza, la banda se metió en fila india entre el público incluyendo guitarra, violín, acordeón y dieron la vuelta completa a la cancha con el saludo de la gente que, recién para este momento, sacaron masivamente los celulares para grabar el paso de los músicos.
Uno de los momentos cúlmine del concierto fue el solo de saxo con cita a Pink Floyd incluida que introdujo la canción “Mila Gora”. En una demostración de infinitos talentos, cada músico tuvo la oportunidad de mostrar sus aptitudes en su instrumento mientras eran presentados por Kusturica con nombres de revolucionarios mexicanos. Mostrando que el interés no está puesto en que se hable de ellos, sino de la música, una más de las acciones que denotan rebeldía hacia los medios musicales o hacia las dinámicas de los conciertos donde cada artista se convierte en dios, Emir pidió que sacaran las linternas de los celulares para sentirse como Bono mientras sonaba música clásica a manos del violinista. “But this is not Viena, this is Santiago!” fueron las palabras que marcaron el quiebre para volver a saltar haciendo retumbar nuevamente el recinto. El final estuvo marcado por la canción más querida de Gato Blanco, Gato Negro. Con las primeras notas del violín se abrió un círculo en el público listo para llenarlo con saltos y baile cuando empezó el coro de “Bubamara”. La banda salió entre los aplausos atronadores y gritos de “¡otra, otra!”, que trajeron un retorno en el que se dieron el gusto de repetir dos canciones, demostrando que la tradición la traen en la música de raíz, pero que de tradicionales no tienen nada. Estos viejos crack hacen lo que quieren, como quieren, sin pedir permiso, ni disculpas, solo pidieron “ojalá esta noche dure para siempre” y, por más que nos gustaría, entendemos que esto es una despedida.
Setlist:
Tarantella
Life Is A Miracle
Das Ist Meine Stadt
Fuck You MTV
Scared of Dental Drills
Cerveza
La mano de Dios
Unza Unza Time
Tito Puente
Mila Gora
From Chicago to Milano
Underground
El Comandante
Before the End
Bubamara
Encore:
Cerveza
El Comandante
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