La banda santiaguina formada en junio de este año presenta su sólido primer disco, que contiene una propuesta bastante innovadora en su contenido.

Formado por Joaquín Rosas en guitarra y voz, Benjamín Smart en bajo y Francisco Lira en batería, el trio nos deja una placa de 6 contundentes temas que transitan de manera ágil por distintos estilos tales como blues, rock psicodélico, latín rock jazz y hip hop entre otros. Grabado, mesclado y masterizado por Nicolas Colombres de estudio Las Flores, el disco fue ensayado durante la cuarentena del invierno recién pasado, momento en que los músicos se las tuvieron que ingeniar para anteponerse al toque de queda que regía en aquel entonces.

Haciendo señas a lo que en la industria se llama “música colaborativa”, el disco cuenta con invitados de lujo. En «Vuela» y «Mamba» es Felipe Meyer, vocalista de The Ramsgates, quien asume el rol de vocalista y letrista. En «Tréboles», el destacado trompetista nacional Felipe Castillo nos deleita con suaves líneas de dulce trompeta. La ultima colaboración corre por Diego “Wallace” Cox, rapero nacional que dispara rimas de índole ambientalista.

El disco abre con “Sequía”, blues latino que se queja de la falta de agua que azota a nuestro planeta. Letra directa con una melodía clásica de blues old school, coronada con un notable jam instrumental con el que la banda cierra la canción. El viaje continúa con “Vuela”, rock psicodélico en el cual la influencia de Pink Floyd se hace notar. Con un ritmo lento y arreglos de guitarra bien rockeros, la canción poco a poco nos lleva a un estado hipnótico. Destaca el solo de guitarra que a más de alguno hará recordar a David Gilmour.

Le sigue el single del disco llamado “Mamba”, canción que le hace honor a su nombre dado el trance rockero bailble que genera al escucharla. Acá la guitarra y la voz mantienen un constante dialogo sobre una solida y repetitiva base rítmica formada por el bajo y la batería. Esta canción cuenta con un atractivo video que puede ser disfrutado en Youtube.

La cuarta rola es una grata sorpresa. Después de la intensidad de los tres primeros cortes la banda nos sorprende con “Treboles”, un agradable jazz instrumental. Llama la atención la dulce línea de trompeta que nos sumerge en un estado de relajación total. Un nuevo estilo no escuchado antes en el disco y que demuestra el amplio espectro por el que deambula la banda.

Por si esto fuera poco, el quinto corte, “Igual pero Distinto” corresponde a un hip-hop con rimas existencialistas y naturalistas. Pareciera que el rapero Wallace dispara desde lo alto de los montes, playas y bosques todo su arsenal en contra de las pobres políticas ambientales que rigen al país. Para cerrar el disco, la banda nos deja “Plaza de los Fuegos”, canción con un aire mucho mas pop que las anteriores. De corte onírico y con una letra en gran parte narrada, la canción se contextualiza en el reciente estallido social vivido en nuestro país.

La portada del disco estuvo a cargo del guitarrista Joaquín Rosas, destacado ilustrador nacional que nos sorprende con un trabajo mucho mas sencillo que el que nos tiene acostumbrados. Música fresca y colaborativa, ritmos variados con distintos matices pero siempre con un mismo hilo conductor, el de hacer las cosas por amor al arte y, en este caso puntual, por amor a la música. Sonidos nuevos que vienen a refrescar el panorama de la escena local.