La relación entre un músico y el arte jamás deja de generar aprendizaje. Arranquemos del Invierno, uno de los proyectos indie más destacados de la última década en Chile, estrena su segundo largaduración; una placa donde la naturaleza, y sobre todo el agua, cumplen un rol esencial y sanador ante los sonidos y la vida misma.
“El Poder del Mar” responde a las transformaciones personales que enfrentó Pablo Álvarez los últimos años. Una cercana relación con la costa y el mar sirvieron como refugio en momentos caóticos. La impredecible marea fue calma dentro del ruido, y eso transmite el álbum del que ya conocimos el sencillo encargado de nombrar la obra, además de «Todas tus Flores» junto a Camila Moreno, «Salto al Vacío», y «Bruma», en colaboración a la ecuatoriana Paola Navarrete.
“A la fecha, el proceso de los discos ha sido distinto. “Ancestros”, del 2014, fue más orgánico y su grabación la hice viajando y al aire libre. En cambio, “El Poder del Mar” fue más de laboratorio y computador, lo que se acentuó por la pandemia. Entre ambos salió el epé “Sol de los Andes”, una transición y una especie de prólogo en cuanto a sonoridad y letras”, señala el artista.
Un álbum que conforma una gran canción, como el sonido de las olas. “He aprendido muchas cosas sobre mi relación con la música. Este disco marca una etapa bien intensa, tanto internamente, como por el contexto en el que fue creado”, agrega.
La historia es infinita como los océanos, capaz de atravesar diversas costas. “El Poder del Mar” es una experiencia de introspección y liberación, como el mar del sur de Chile, que se contrae y expande en un vaivén que no cesa trayectoria. Así, el estreno llega con un cortometraje compuesto por tres piezas del LP. El primero es el ya conocido “Bruma”, al que se le suma «Pájaros» y «Frontera».
El registro audiovisual, trabajado junto a Camilo Bustos Delpin, “es el resultado de un proceso largo de imaginar, pensar las canciones y todos sus multiversos. Es el desenlace de una historia que partió en “Bruma” y que narra, mediante historias de ficción, la relación que tenemos a diario entre dos energías”, igual que los acantilados en la costa, que vuelven a escuchar una y otra vez los susurros del mar.