La cantautora nacional, hija de la inmortal Violeta Parra, continúa muy vigente a sus 81 años de vida. Pieza clave en la Nueva Canción Chilena junto a su hermano Ángel, ha sido una embajadora notable de la música y la cultura chilena a través de sus creaciones propias, y perpetuando en variados formatos el enorme legado artístico de su madre.
Isabel Parra ha llevado con mucha dignidad ese nombre ilustre que la bendice, pero que le endosa una gran responsabilidad también. Ha vivido la historia moderna de Chile con intensidad. Y pese a que tuvo oportunidades de quedarse en otras latitudes cuando la dictadura la obligó a marcharse, ella decidió volver e incluso luchar por su patria y su libertad.
En unos días más estará presentándose en vivo. Un regreso que la pondrá en el escenario acompañada de sus músicos y de su hija Tita. Tuvimos la oportunidad de entrevistarla y conocer desde sus propias palabras lo que significa para ella este retorno artístico. También, nos dio el privilegio de escuchar sus visiones y opiniones de un país y un mundo en el que ha visto pasar tantas cosas. Que tantas veces la ha decepcionado, pero que ahora observa esperanzada los sucesos que están llevando a que los pueblos levanten sus voces para no esconder más sus pesares y frustraciones.
El próximo 24 de septiembre estarás presentándote en el Nescafé de las Artes, en el recital de “Un Puente En El Aire”. ¿Cómo te sientes al regresar a los escenarios?
Dichosa. Esto es volver al trabajo, al oficio que ejerzo hace mucho tiempo. Si bien me he dedicado en etapas de mi vida a otro tipo de cosas relacionadas con la cultura y con la preservación de la memoria de Violeta Parra, no he podido cantar con mucha frecuencia. Pero es mi trabajo y cada tanto cuando están dadas las condiciones, si tengo posibilidad de cantar, lo hago. Antes en el Museo Violeta Parra que lamentablemente ya no existe, teníamos un auditorio precioso en que todas las semanas había recitales y presentaciones. Y nosotros, juntos a mis hija y amigos, siempre nos presentábamos. Así que estoy feliz de poder volver a hacerlo.
¿Y existen ideas ya sobre la reconstrucción de ese Museo?
Hay muchas ideas, pero llegar a la justa y certera, eso no ha pasado aún. Reconstruir ese museo va a tardar mucho. El espacio donde estaba no es de nosotros. Es del Estado. Que también financia el museo. A mi personalmente, me gustaría estar en otro lugar. Pero también entiendo que hay ideas de conservar ese espacio del estallido que fue importante para Chile, y fue tan doloroso para muchos de nosotros. Por el incendio, la represión, los presos, todo eso que conocemos. Así que el ideal es que pudiera haber otra casa que albergue a Violeta Parra y su obra. Estamos en eso.
Volviendo al concierto del 24, ¿qué podremos ver en esa presentación?
Será bien variado. Voy a cantar canciones originales, pero con un tratamiento nuevo, gracias a los arreglos de Manuel Meriño, director musical de Inti-Illimani. Eso es lo que viene en el disco Saludos a Todos, y que cuando vino el estallido, no habíamos terminado de difundirlo y presentarlo como correspondía. Así que ahora vamos a pagar esa deuda musical que tenemos. También actúa mi hija Tita, que siempre me acompaña, cantando sus propias canciones y algunas de su abuela. Después tendremos un recuerdo a Víctor Jara, con motivo de se nacimiento el 28 de septiembre.
El año pasado se lanzó una reedición del “Libro Mayor de Violeta Parra”, que lanzó originalmente en 1985. ¿Qué trae esta nueva edición respecto a la original?
Esta última edición la hicimos en plena pandemia. Tiene correcciones, más documentos y más información. Lo trabajamos con la UTEM y la Librería Popular de Recoleta. Da a conocer a Violeta Parra desde un punto de vista muy cercano como el que tengo yo, como testigo de la vida que compartimos juntas. El libro está en venta en la Librería Recoletras a un precio muy accesible para la gente.
¿Cómo has podido sobrellevar este tiempo en que la pandemia ha perjudicado tanto a la cultura y que ha recluido a los adultos mayores?
Adulta mayor y todo, he trabajado como loca durante la pandemia. Estuve guardando todas las precauciones sanitarias, muy protegida por mucha gente. Yo siempre fui muy casera, ya que, al ser una figura pública, una siempre se recoge a sus rincones. Así que aproveché este tiempo, por ejemplo, con esta nueva edición del libro. También escribí mucho. Muchos textos, cuartetas. Pequeñas historias. Incluso he cantado aquí en mi casa para la gente. Mi hija hace los videos con el celular y luego un amigo lo sube a las redes. También lancé dos canciones sobre lo que yo sentía que ocurría en Chile. Una sobre el desastre del incendio del Museo, llamada “Corazón Vivo”. Y la otra, que toca el tema de la muerte y la soledad, llamada “Destino”. Ambas canciones a dúo con Manuel Meriño.
Tú has sido una testigo de la historia contemporánea de Chile. ¿Qué emociones y reflexiones ha despertado en ti el proceso que se inició en el estallido social y que hoy nos tiene con una convención constitucional?
Me llena de esperanza, como a todo el mundo. Chile tiene que cambiar. El Chile que tenemos hoy es muy malo para todos nosotros. Sufrimos. No lo pasamos bien. No somos felices. No tenemos todo lo que necesitamos. El estallido abrió la puerta al cambio.
Regresé cuando volvió la democracia y he vivido aquí todos estos 30 años, y mientras pasaba el tiempo me di cuenta de que Chile no estaba con nosotros. Después de haber vivido una dictadura tan horrible como la de Pinochet, ya vivir en democracia era como un regalo. Y nos comenzamos a quedar en silencio. A guardarnos toda esas carencias y frustraciones. Pero llegó una nueva generación, muy distinta a la de los jóvenes que “no estaban ni ahí”. Faltaba esa decisión del pueblo, que fuera a la Plaza y protestara. Hay otra mentalidad, hablan y se expresan de otra manera y ponen a la vista todo lo que nos hace falta, absolutamente todo.
Ahora estamos en una etapa muy difícil. En que hay que ir ordenando todo, con todos lo conflictos que ello implica. Porque este hecho es histórico, es hacer una Nueva Constitución. Son palabras mayores. Tengo mucho optimismo de que esto dará un resultado bueno para todos.
¿Te ofrecieron alguna vez dedicarte a la política?
Me ofrecieron ser candidata y por supuesto dije que no. No tengo nada que ver con eso, mi política va por otro lado. Va con mi conciencia y con el trabajo que yo hago, ya que yo hablo de temas políticos, pero de otra manera. Y eso es lo que le gusta a la gente. Y eso me gusta a mi también. Yo hice durante la Unidad Popular canciones contingente que ahora las encuentro horribles, pero pucha que sirvieron en un momento.
Llevándola al pasado, ¿cómo se veía desde fuera todo el proceso que terminó transformando a Chile en un paraíso capitalista?
A mi me daba mucha vergüenza, porque yo salgo mucho, tengo amigos en todo el mundo. Entonces me hablaban de lo que se trataba de vender como un país feliz, que sabíamos que no era así. Mis amigos exiliados se ríen. Ahora que pueden venir, cuando vienen no soportan estar acá.
Lo bueno es que todo ese montaje se está acabando no solo para Chile, sino para todo el mundo. Porque no le creemos a los presidentes.
Cuando regresaste en 1987, ¿fue muy distinta la realidad que imaginabas respecto a la que encontraste?
Por supuesto que sí. Tenía tanta necesidad de volver a Chile. Hasta estuve enferma de nostalgia. Mientras viajaba por el mundo haciendo recitales, hablé con tantos abogados para que me ayudaran a volver, hasta que finalmente resultó. Cuando llegué, estaba dichosa y ciega a la vez, porque veía lo que quería ver.
Y porque, además, yo me había quedado con un Chile ideal, con el que encabezó Salvador Allende. Y nada de eso existía, ni existe. Recién ahora con los nuevos jóvenes se vuelve a hablar de él. Porque en los tiempos de la Concertación, a la fuerza se hablaba de él.
Yo tuve que salir arrancando. Yo temí por mi vida y por la de mis hijas. Yo llegué a un exilio esplendoroso en Francia. Toda Europa era solidaria con nuestro país. Y la recorrí completa, cantando por mi país. Entonces al volver sentí que tenía todo el derecho de quedarme aquí. Con todas las dificultades que eso implicaba. Y lo primero que hice fue participar en la campaña del “NO”. Sin que nadie me lo pidiera.
Cuando compusiste y grabaste “No Me gusta No”, ¿sentiste temor a que el Gobierno Militar te sancionara de alguna forma?
Yo creo que fui muy inconsciente. Cuando yo vine un año antes, que me dieron permiso para estar por 40 días, a mi me hicieron firmar un papel en que me comprometía a no cantar. Luego, cuando regresé definitivamente, tuve que conseguirme un permiso para poder trabajar y hacer giras por todas las regiones. Y de hecho, le enseñábamos a votar a la gente. Así que claro que pensaba sobre qué me podría pasar. Me acuerdo de que una vez me llevaron a esconderme a la casa de Patricia Verdugo, que era más buscada que yo. Ahí estuve un par de días, y me iban cambiando de casa. Me decían: “si te vienen a buscar, tu tienes que tirarte al suelo”. Nunca tuve que hacerlo, porque no me hostigaron. Quizás me habían echado el ojo, pero nunca pasó nada.
“Qué suerte llamarse Parra y que desgracia también. Lidiar con este apellido y con nombre de mujer”. Verso que cierra tu canción “Con los pies en la tierra”, del disco del mismo nombre. ¿Qué situaciones inspiraron esta línea?
El nombre de Parra tiene luces y sombras. Son mochilas pesadas. Cuando están todos vivos y vigentes, es muy distinto a ahora que no hay nadie. Yo me siento muy orgullosa de mi apellido, pero hay que lidiar con él. Hay mucha presión encima.
Y sobre lo otro, es muy distinto ser hombre a ser mujer en Chile. Hay un abismo de diferencias. Cuesta mucho. Y creo que este estallido les ha abierto las puertas a las mujeres de ahora. Es muy difícil luchar contra un mundo de hombres. Te descartan, te tratan mal, no te toman en cuenta. Esto a todos los niveles. Las mujeres chilenas deben ser muy luchadoras y defensoras de sus derechos. Yo revindico a las mujeres y las admiro. Lo que no quita que admire a muchos hombres.
¿Qué visión tiene del mundo hoy, considerando la actitud algo pasiva que la mayoría tiene respecto al cambio climático?
Recién estamos hablando de este drama universal. Llegamos a un momento en la existencia en que la naturaleza se vino contra nosotros. No supimos defenderla en el momento oportuno. El tema ecológico es tremendo, preocupante. Yo no se qué ha hecho este gobierno por eso, no se ha visto.
¿Qué proyectos culturales y musicales tiene para el futuro?
Me gustaría contestarte esa pregunta en enero próximo, sabiendo qué terreno estaremos pisando. Ahora estoy agradecida de poder reaparecer en el Teatro Nescafé de las Artes. Mi proyecto que está casi terminado es hacer mi libro de canciones. Algo que no existe mucho en Chile. Un libro con partituras y acordes. Está terminado. Postulé dos veces a los fondos de la música con este proyecto y me fue mal aquí en mi patria. Así que lo hice por mi cuenta, así que estoy feliz.