Por Paulo Domic
Las leyendas del Death Metal inglés están ad-portas de lanzar su séptimo disco de estudio el cual, como le ha pasado a tantas bandas, ha debido sufrir los embates de la pandemia en su proceso. Bajo el título de “Torn Arteries”, el cuarteto británico regresa luego de un silencio discográfico de ocho años, con la esperanza de poder volver también a los escenarios del mundo tan pronto como les sea posible.
Tuvimos la oportunidad de conversar con Bill Steer, uno de sus fundadores, para conocer cómo salió adelante este nuevo disco y cómo ha sido la experiencia de la banda en estos tiempos inciertos. Además, de su pasión por el rock clásico, de la presión que ponen muchas veces los fanáticos sobre la banda y de muchos otros temas a través de una generosa conversación que les invitamos a disfrutar en las próximas líneas.
Hace 18 meses que no sales de gira. ¿Cuánto se extraña eso?
Bastante, la verdad. Debo admitir que en las primeras etapas de todo esto, el comienzo de los encierros fue bastante agradable. Fue un cambio positivo porque normalmente no tendríamos recesos tan largos. Nos dio tiempo para reflexionar. Fueron como cinco años de gira continua luego del “Surgical Steel” (último disco lanzado en 2013), y si bien teníamos momentos libres, no eran lo suficientemente extensos como para reflexionar sobre todo lo que está pasando. Pero el tiempo pasa y comienzas a sentirte inquieto, lo que es muy natural. Así que ahora extraño cada aspecto de andar de gira. Tocar, viajar, conocer nueva gente. Y yo creo que todos en la banda dirían algo similar.
¿Y qué otras cosas has hecho durante este período de pausa?
Muy poco. Mi típica rutina es levantarme y caminar unas pocas millas, para aclarar mi cabeza y deshacerme de esa nerviosa energía que te hace pensar demasiado y volverte neurótico. Y caminar me ayuda a calmarme. Y en la tarde me pongo a escuchar disco, tomar la guitarra ocasionalmente y tomarme un par de cervezas. Una vida muy simple en estos últimos 18 meses. No ha pasado mucho.
Sí, en cierto grado sí ha cambiado. Para mi ha habido distintas etapas. Al comienzo fue sorpresivamente positivo para mí, no me podía quejar. Había una sensación única de relajación. No había que hacer nada porque nada estaba pasando. Incluso en ciudades como Londres, salías a la calle y la sensación de quietud y calma era surrealista. Nunca había experimentado algo así. Conforme todo avanzaba, se hacía difícil mantener lejos los pensamientos oscuros, esas inquietudes existenciales. Y había momentos en que realmente te preguntabas acerca de cuál sería el futuro de la humanidad. He hecho lo posible por cortar el circuito de esos pensamientos, atajarlos antes de que crezcan, porque puedes volverte loco.
En septiembre se lanza “Torn Arteries”, vuestro último disco. ¿Cómo se las arreglaron para grabarlo en este contexto de pandemia?
Para ser completamente honesto, nosotros terminamos este disco mucho antes que la pandemia comenzara. Así que realmente hemos estado sentados sobre él desde hace un par de años.
¿Entonces su lanzamiento se retrasó producto de la pandemia?
Precisamente, sí. El sello no quería lanzarlo hasta que pudiéramos salir de gira. Si bien aún estamos en esta situación y se lanzará el próximo mes, ahora están comprometidos con el curso de las cosas, lo que son buenas noticias para nosotros. Será un gran alivio para mi que salga al público.
¿Qué ofrecerá este disco de distinto respecto a “Despicable”, EP que lanzaron el año pasado?
Esas canciones fueron grabadas en las mismas sesiones en que grabamos el disco. Así que, en términos de sonido y producción, son muy similares. Pero diría que el material del disco, para mí, es significativamente superior. Hicimos lo mismo para el álbum anterior, deliberadamente escribimos y grabamos mucho material, para que lo que sobrara se fuera a un EP. La diferencia esta vez fue que el sello insistió en que el EP saliera antes que el disco, basados en la situación de la pandemia.
¿Qué mensaje hay detrás del título del disco?
Jeff Waters (bajista y cantante) hace todas las letras y el escogió el título del disco. Él ha estado trabajando el arte con su amigo polaco Zbigniew Bielak, un renombrado artista (ha trabajado con más de veinte bandas, entre ellas Ghost, Behemot, Vader y muchas otras). A Jeff siempre le gustó ese nombre, porque hace referencia a un casete que hizo Ken Owen, nuestro baterista original, cuando estábamos en el colegio. Así que quiso hacer ese enlace con el pasado.
¿Qué comentarios han recibido de los primeros dos sencillos que han lanzado?
No soy muy de estar en línea leyendo los comentarios. Pero creo que ha habido reacciones más positivas que negativas. Es difícil hacerse una idea sólo a través de las redes sociales, porque la sola naturaleza de ellas se basa en la negatividad. Pero por lo que me han comentado los chicos de la banda, ha sido mayoritariamente favorable la recepción. Lo negativo, no pasa de ser distinto a lo que siempre esperas, especialmente hacia una banda como nosotros que ha estado ahí por tanto tiempo. Hay gente que no quiere que progreses y desea que hagas siempre el mismo disco.
¿Y te importa realmente lo que digan?
No me importa tanto ahora como antes. Es una cosa humana natural, tu quieres que a la gente le guste tu trabajo. Pero siendo realistas, eso no va a pasar. Especialmente con el tipo de música que nosotros hacemos. Hay cierto tipo de audiencia metalera que siempre estará hablando cosas súper negativas. Que sienten que saben qué estas haciendo mal con tu carrera, que pueden decirte qué tipo de música deberías estar haciendo. Y eso me resulta muy extraño, porque esencialmente son personas a las que nunca has conocido. Y así y todo pueden decir qué es lo mejor para nosotros. Si sólo dijeran “no me gusta”, pues eso es solo una opinión y eso lo apoyo completamente. Pero es bizarro que la gente se vaya a profundidades como decir “yo sé qué es lo mejor para esta banda”.
¿Cuándo regresarán a los escenarios?
Tuvimos algo en nuestra agenda hasta hace muy poco. Una gran gira europea con Behemot y Arch Enemy. Pero conforme pasaron las semanas, se volvió muy claro que no ocurriría. Se hizo imposible considerando las distintas situaciones de cada país. Cada uno tiene sus propias regulaciones, sus estatus de vacunas, etc. Así que iba a ser muy enredado todo. Estábamos muy tristes por eso, pero así es la realidad hoy. Pienso que la gira se pospondrá hasta el próximo año.
Ustedes han tocado tres veces en Chile. ¿Qué recuerdas de esas ocasiones?
Si, hemos tenidos maravillosas oportunidades de ir para allá. Santiago es un lugar mágico y la gente es muy cálida y acogedora. La audiencia metalera es fantástica, tiene mucha energía. Algo que sé que también es opinión de muchas otras bandas pesadas. Ir a Sudamérica es siempre un verdadero placer. Y es buenísimo si te toca algún día libre, para poder hacer un poco de turismo.
¿Qué te llevó a formar parte de bandas orientadas al hard rock clásico? Primero Firebird, luego Gentleman’s Pistols.
Creo que fue una evolución natural, realmente. Porque al fin de la fase inicial de Carcass, en esa sesión de grabación que posteriormente se lanzó como “Swansong”, cuando la banda se estaba cayendo a pedazos, yo estaba cada vez más interesado en el rock más antiguo. Especialmente el más bluesero. Y sólo estaba siguiendo mis instintos. Me sentía bien en una banda tocando esa música. Pero me tomó un tiempo llegar a eso. Tuve que aprender muchas cosas y desarrollar nuevas habilidades. A tocar la guitarra sin una distorsión tan saturada. Algo que era impensado para mí. Pero fue un desafío entretenido de enfrentar.
¿Qué fue primero, tu amor por el rock clásico, o el metal?
Bueno, todos los de mi generación crecimos escuchando música pop. Elton John, ELO, Abba. Eso se escuchaba en todas partes. Y cosas un poco más duras como Sweet, Slade o Gary Glitter. Pero cuando ya tuve mi propio dinero para comprar mis propios discos, compré de Deep Purple, AC/DC, Motörhead. Y luego de eso todo fluyó naturalmente. Todos pensábamos que Motörhead era la banda más pesada y que nada podría superar eso. Y un día, mi vecino que era un poco mayor que yo, me hace escuchar el disco “Welcome to Hell” de Venom. Y diría que ahí es donde comienza el viaje. Abrió las puertas.
¿Cuál es el estado actual de Firebird?
No hemos hecho nada por más de una década. Realmente me desmotivó un poco el constante cambio de integrantes. Todo era muy difícil. Así que quedé un poco quemado con eso. Pero últimamente he tenido ese sentimiento otra vez, de querer hacer otro disco de Firebird. Construirlo desde las experiencias y las lecciones del pasado. No odio los discos anteriores, pero siento que son bastante irregulares. Muchas cosas que solo tienen calidad de demos. Esa sería mi meta, hacer un disco que me deje satisfecho. Eso será tan pronto como pueda montar una nueva alineación, porque definitivamente hay canciones en las que estoy trabajando.
¿Y qué es de Gentleman’s Pistols? ¿Sigue activa?
Tampoco hemos hecho nada por varios años. Y es que James Atkinson, quien fundó la banda y escribe todas las canciones, abrió un estudio y ha estado enfocándose en eso por un tiempo. Y también en su familia. Pero nos mantenemos en contacto, somos muy buenos amigos y me ha dicho que quisiera grabar un nuevo disco. Y espero que así sea, porque escribe canciones fantásticas.
Claro, yo no descararía nada. Aún somos amigos, tenemos muchos gustos musicales parecidos. Uno nunca sabe. Pero él siempre está extremadamente ocupado con Arch Enemy y sus otros proyectos. El tiempo es muy preciado para él.
¿Dónde te sientes más cómodo? ¿En el Rock o en el Death Metal?
Diría que ambos sacan cosas distintas de mí. Hay incluso una intersección entre los dos, no es tan diferente a como lo piensa la gente. Pero claro, en el metal todo tiene que estar más ajustado y hay poco espacio para la improvisación. Cuando ocurre, es por accidente, porque aterrizaste en un espacio equivocado de la guitarra. Pero en el rock todo se puede hacer un poquito distinto cada noche. Siento que necesito de ambos. Me divierto mucho tocando los dos estilos.
Estuviste también en los primeros discos de Napalm Death, otra legendaria del Death Metal. ¿Cómo aprecias eso desde la perspectiva del tiempo?
Fui muy afortunado de estar ahí, fue muy fortuito. Porque la verdad no vivíamos tan cerca. Y mirando hacia atrás se me hace increíble haber terminado siendo miembro de Napalm Death. Pero en esos días la escena era muy pequeña y si bien no todos se conocían, no todos estaban tan lejos tampoco. Entonces un día fui a Birmingham a ver un concierto, no recuerdo cuál. Pero ahí conocí a Mick Harris, baterista de Napalm Death en ese tiempo. Y quedó muy impresionado por el hecho de que yo estaba usado una camiseta de Death, la banda. Cuando aún eran una banda de demos. Así que no era usual ver algo así. Y luego, cuando descubrió que tocaba la guitarra, se acordó de mi por eso y me trajo a la banda por un tiempo.
En los inicios de Carcass, el estilo era más cercano al Grindcore. ¿Te gustaría regresar a hacer algo así con ellos, o con otra banda?
Es interesante, porque el término “grindcore” se nos aparece mucho ahora, pero, en ese tiempo, no lo usábamos sobre nosotros. No nos considerábamos una banda de grindcore. De hecho, al único que se lo escuché, fue al mismo Mick Harris de Napalm en referencia a su banda, así que de hecho pensaba que era una suerte de categoría propia y privada que él le ponía. Al pasar el tiempo, la gente nos preguntaba por qué dejamos de tocar grindcore y yo no tenía idea que lo hacíamos. Estilísticamente hay una gran diferencia entre los primeros discos y el cuarto, pero lo que escuchas ahí es a un montón de gente creciendo de a poco, haciéndose un poquito más competentes en sus instrumentos.
“Heartwork” es considerado como el mejor disco de Carcass y ese es un peso que también deben cargar en sus espaldas. ¿Tú también sientes ese disco como vuestra magnun opus?
No, para mí “Torn Arteries” es más fuerte. Pero definitivamente fue el mejor que hicimos con la encarnación original de la banda, sin duda alguna.
¿Cómo llegaron a evolucionar hasta Heartwork, que se convirtió en una piedra angular del Death Metal Melódico?
Es solo en lo que estábamos en ese momento. Musical y filosóficamente. El punto de inflexión fue el tercer disco (Necroticism: Descanting the Insalubrious). Es ahí cuando nos pusimos ambiciosos y realmente nos presionamos a nosotros mismos. En ese disco puedo escucharnos tocar incluso más allá de nuestras habilidades. Nos puso en una nueva zona. Y luego vinieron muchas giras. Y cuando estás en esa experiencia, naturalmente vas gravitando hacia riffs y ritmos nuevos. Lo que se mezcló con el metal y el rock clásico que estábamos escuchando en ese entonces. Thin Lizzy, Iron Maiden, Judas Priest, etc.
¿Qué se viene para el futuro más inmediato de Carcass?
En estos tiempos de incertidumbre, está lejos de estar muy claro. Vamos día a día, semana a semana. Estamos optimistas sobre el futuro de la música en vivo, pero tampoco queremos dejarnos llevar demasiado y planear cosas que luego no ocurrirán. Como todas las bandas, vamos a volver a salir apenas nos lo permitan. Nos pidieron ser parte de un festival aquí en el Reino Unido, pero ya sabes… no sabemos si eso pasará. Si sucede, estaremos felices y será una linda forma de regresar.