Por: Melissa Salgado
Eli Roth, famoso por dirigir películas como “Hostel”, “Cabin Fever” y “The Green inferno”, nos trae una nueva entrega que incorpora sus ingredientes favoritos: terror, sexo y violencia. Aunque con menos sangre que sus anteriores producciones, el director estadounidense define su película como “un thriller psicosexual clásico que no es una película de terror pero que dejará a todos al borde de sus asientos”.
Knock knock fue estrenada en el festival Sundance en abril de este año. La críticas han sido bastante diversas, desde quienes afirman que este sería un nuevo acierto del director, hasta quienes la consideran un decepcionante intento por hacernos sentir algo de miedo.
Lo cierto es que esta cinta tiene varias cosas que llaman la atención. En primer lugar, corresponde a la tercera entrega de lo que se ha denominado “Chilewood”, es decir, películas producidas en Chile que luego se exportan a los mercados internacionales. Detrás de este proyecto se encuentra el ya mencionado director estadounidense Eli Roth, los chilenos Nicolás López y Miguel Asensio y el uruguayo Guillermo Amoedo, quien está radicado en nuestro país desde 2007.
La idea original proviene de la película “Death Game” de 1977, y se pensó como una especie de remake del thriller norteamericano, y se llevo a cabo como una co-producción entre Sobras International Films, Dragonfly Entertainment y Elevated Films. El rodaje se realizó íntegramente en nuestro país, en el sector de Chicureo, y cuenta con Keanu Reeves como protagonista.
Reeves da vida a Evan Webber, un exitoso arquitecto felizmente casado con la artista Karen Alvarado (Ignacia Allamand), quienes junto a sus dos pequeños hijos viven una idílica vida de familia. La historia comienza cuando Karen y los niños deciden pasar el fin de semana en la playa, mientras Evan debe quedarse en casa terminando un importante proyecto.
Una lluvia torrencial sirve de telón de fondo. Suena el timbre y Evan se dirige a la puerta: dos bellas jóvenes, Génesis (la chilena Lorenza Izzo) y Bel (protagonizada por la cubano-española Ana de Armas) se encuentran empapadas y perdidas. Como el hombre de buen corazón que es, Evan les ofrece pasar para usar su teléfono y llamar un taxi. Mientras las chicas esperan en el living envueltas en bata, comienza un juego de coqueteo e insinuaciones. Reeves se resiste tímidamente, hasta que finalmente sucumbe a la tentación. En una notable frase, el protagonista compara la oportunidad que literalmente tocó a su puerta con una “pizza gratis”: algo que definitivamente nadie podría rechazar. Sin embargo, aquello que parecía ser una erótica historia de una noche, pronto se transformó en una pesadilla que está condenada a terminar muy mal.
Las jóvenes regresan la noche siguiente para llevar a cabo un macabro juego bajo la premisa de que no importa que tan feliz y perfecta sea tu vida, que tan enamorado puedas estar de tu esposa, que tan correcto e intachable padre puedas ser. Al final de día, “todos los hombres son iguales”: incapaces de resistirse ante la tentación. Y por ello, deben pagar. De ahí en adelante la película transcurre como un sádico juego sexual que intenta interpelar al espectador con sus escenas.
A decir verdad, no hay tanta violencia, ni tanta sangre ni tanto sexo como se intenta vender. La mayoría de las escenas son mas bien recatadas (o en bien chileno, cartuchas), y la historia deja al descubierto muchas incongruencias que terminan por hacernos perder el interés en seguirle el ritmo a la película. La figura de Keanu Reeves le “sube el pelo” a la producción. Sin embargo, su actuación a ratos parece en extremo forzada, al punto que hay escenas de tensión que no hacen más que generar una especie de risa/pena en el espectador.
¿Será que “Knock knock: seducción fatal” se transformará en otra mancha en el currículum de Reeves?. ¿O bien estaremos ante el nacimiento de una nueva forma de hacer cine “made in chilito”? Habrá que esperar al 24 de septiembre, día que está programado su estreno en nuestro país y dejar que el público de su veredicto.