10 canciones que, en realidad, son un mensaje para el futuro. Un día tienes un mal viaje de marihuana y al otro día te obsesionas con la idea de dejar un registro tangible de lo que somos y vivimos. Un disco que busca “ser un dibujo grabado en una caverna para que otro ser humano lo encuentre en mil años más y conozca las situaciones que vivíamos a principios del siglo XXI, al igual que nosotros lo hacemos con los vestigios de las civilizaciones antiguas”.
¿Quién soy, quién es el resto y por qué estamos en este punto de la Historia? El chileno/peruano Francisco Heredia despersonalizó su existencia y terminó navegando por Internet para obtener toda esa información que no aprendió en el colegio. Con interés en la Edad Antigua y el desarrollo particular de las civilizaciones, es que el segundo álbum de Poder Fantasma toma forma, dándole continuidad al pop post-apocalíptico que presentaron en su pasado disco, «Todo lo que Quiero Decir es lo que No Quieren Escuchar», del 2017.
Las pastillas, obedecer, robar en el supermercado como ajuste divino de cuentas, hiperconectividad, depresión, soledad, romance, miedo, superioridad, control, encerrarse, mentir, resignarse y, al final de cuentas, creer. Confiar en lo que fuimos, lo que somos y seremos; en el registro, en la comunidad y las canciones.
“Canciones para el Siglo XXI surge del interés de narrar vivencias actuales, para la mirada de las personas del futuro -si es que la humanidad continúa-. Las letras están en primera persona pero son hechos que me contaron mis amigxs o que vi”. Así es cómo Francisco se convierte en un intermediario entre nuestras experiencias y la construcción de historias sonoras, en parte inspirado por el trabajo de Violeta Parra y su investigación de relatos de campo.
Y si algo hemos vivido este siglo XXI es el encierro; un espacio para pulir aquellos oficios que la rutina nos dejaba a medio andar. “Es el mejor disco que he hecho en términos de producción. Me encerré con mis máquinas y aprendí a sacarles el mejor provecho. Me esforcé por hacerlo profesional y eso trajo beneficios físicos y espirituales”, agrega Heredia.
Proyectos como Men I Trust, Homeshake, Connan Mockasin, Crumb, Axolotes Mexicanos, Cariño y King Gizzard, chocan de frentón en la corriente chilena que siempre ha acompañado al músico. Un ejercicio que dejó crecimiento profesional de estudio, vivencias para el futuro y un álbum conceptual como pocos, una práctica olvidada en Chile donde el single parece ser rey.
“Canciones para el Siglo XXI” se escucha de tirón y arma una pared de información llena de sintetizadores y verdades tan dolorosas que terminan dando risa. Un aventón en el agujero histórico que estamos viviendo, que se transforma en fiesta de ironías y dolores. Imposible no bailar, imposible no llorar. La juventud latinoamericana retratada en 10 canciones.