Controlar el sueño hecho realidad y que no se dé la vuelta. Soñar con gobernar el mundo encadenando estrofas y estribillos, pero sin que te coma el mundo, el escenario, el público o el personaje. En su nueva canción, Leiva encara su particular y pequeño Chernóbil: las autopistas que soñaba recorrer; los peajes que le va tocando pagar; las millas, siempre inciertas e infinitas, que quedan por delante.
En Mi pequeño Chernóbil, Leiva ha mirado por el retrovisor sin perder la vista del volante, la canción la compuso el septiembre pasado en Buenos Aires y se la trajo justo, justo para estrenarla en la grabación de su directo Madrid Nuclear. Fue la canción inédita, regalo sorpresa, que pudieron disfrutar los quince mil asistentes del Wizink Center en una noche gloriosa donde repasó toda su historia, y le hizo con este tema un guiño al más inmediato futuro.
Mientras la grabación de Madrid Nuclear, va tomando forma y armándose como álbum en directo, Mi pequeño Chernóbil ha pasado por el estudio y se ha convertido en el primer lanzamiento original desde la publicación del disco Nuclear.
El video, producido por Blur (habituales en el mundo visual de Leiva) y dirigido por Claudia Barral, cuenta con la participación de su amigo del alma Rubén Pozo, también mentado en la letra, compañero de sueños y anhelos de Leiva en la época de Pereza, con el que recorrió el abismal trecho entre las pensiones inmundas y los neones del “éxito”.