Primus en Teatro Coliseo Santiago: volando cabezas a base de slaps
25 de enero 2019.

Por Agustín León.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

Un año y medio tuvo que pasar para poder vivir un reencuentro esperado para los amantes del buen Funk Metal. Primus, el trío de San Francisco, tomó como excusa su más reciente placa, The Desaturating Seven, un disco conceptual basado en el libro infantil “The Rainbow Goblins” del autor italiano Ul de Rico, para forjar su regreso a Chile.

A las 22:00 en punto, Les Claypool, Larry LaLonde y Tim Alexander, la formación clásica de la banda, en un Teatro Coliseo con un ambiente más bien oscuro, salen a escena para dar su segundo concierto consecutivo en tierras chilenas. Qué mejor que comenzar con una bofetada en la cara, un trío de canciones que no hicieron descansar a los asistentes presentes. “To Defy The Laws Of Tradition”, con un riff de bajo tan potente como los que nos tiene acostumbrado Claypool, fue la encargada de hacer volar cervezas y más de alguna cabeza. Luego le siguió “Pudding Time” y “The Seven”, dejándonos a entender que esta noche iba a estar plagada de clásicos, algunas composiciones nuevas y una que otra rareza para el deleite de los más fanáticos.

Con un set cargado de nostalgia y complementado muy bien con el uso de las pantallas, se proyectaron diferentes imágenes muy al estilo de Primus, jugando a ratos con la psicodelia al ritmo de la batería y con los cambios de velocidades. Fue el complemento perfecto, dejando a más de uno hipnotizado con las imágenes que se transmitieron durante toda la noche. Llega “Frizzle Fry”, canción llamada igual que la primera placa de Primus, en donde se proyecta la icónica portada de su primer disco. Claypool abandona por unos momentos el escenario, dejando a Lalonde y Alexander a la batuta, comenzando a experimentar. En cuanto Les regresa con una máscara de cerdo y un contrabajo, nos hizo recordar los mejores momentos del Pork Soda y empieza a sonar a “Jilly’s on snack” y luego “Mr.Krinkle”, cada vez el show se ponía mejor.

La primera parte del show se termina con un par de rarezas: “The Heckler” y la potente “Those Damned Blue-Collar Tweekers” que hizo retumbar el Coliseo. El trío se marcha por unos momentos, de fondo la gente empieza a buscar un respiro en un Teatro que estaba en llamas hace rato; para ello, la banda nos regala tres capítulos de Popeye.

El trío vuelve a escena, Alexander empieza a tocar la introducción de “Too many puppies” haciendo que la gente que aún seguía afuera tomando un descanso entrara rápidamente, dando inicio a una segunda parte plagada de hits. Luego, fue el turno de “Sgt Baker” y “Moron TV” del disco Green Naugahyde. Sigue “John the Fisherman” para desatar la locura de todos. Cabe destacar que la acústica del Coliseo estuvo a la altura del show que vivimos ayer, se nota que los años no han pasado en vano para los de San Francisco, suenan con el mismo poder que hace 29 años y eso se agradece.

Pasando por “Nature Boy” a “Golden Boy” y un Les Claypool bailando al ritmo del “olé” del público, empiezan a cerrar el show. Sin más preámbulos, LaLonde empieza a tocar la introducción de “Welcome to this world” con un globo terráqueo de fondo moviéndose muy velozmente; luego, vino el turno de “My name is mud” haciendo saltar hasta el más tieso del Teatro Coliseo.

Para finalizar sonó “Jerry was a race car driver”, con el último acorde desaparecen dentro de la oscuridad para volver de inmediato para tocar “The Storm” y cerrar con broche de oro con “Wynona’s Big Brown Beaver”. Primus se despide de un Teatro Coliseo eufórico, tanto la banda como el público chileno lo dieron todo estos dos días de buena «polka psicoldélica». Sin duda todos salimos contentos con lo que la banda nos entregó ayer, la tarea ya estaba hecha.

Ver a Primus en vivo es un lujo, para alguien que es fan del bajo es una locura ver a Claypool tocar, debe haber muy pocos bajistas con la capacidad de poder transmitir tanta energía tal como él lo hace, era cosa de mirar a tu lado y ver como cada persona disfrutaba a su manera la música. Eso es lo bonito de Primus, cada uno disfruta el show como se le dé la gana y, en parte, siento que es lo que Claypool quiere generar con su música: volar cabezas a base de unos buenos slaps y un poco de psicodelia.

Setlist:
To Defy The Laws Of Tradition
Pudding Time
The Seven
Frizzle Fry
Jilly’s on snack
Mr.Krinkle
The Heckler
Those Damned Blue-Collar Tweekers
— Intermedio —
Too many puppies
Sgt. Baker
Moron TV
John the Fisherman
Nature Boy
Golden Boy
Welcome to this world
My name is mud
Jerry was a race car driver

Encore:
The Storm
Wynona’s Big Brown Beaver

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