Por Francisco Aguilar A.
Pauta por Sebastián Allende.
Georg Anton Reisenegger von Oepen es un estandarte del metal nacional. Músico, guitarrista y vocalista de dos de las bandas icónicas del género en nuestro país: Pentagram y Criminal. Además es conductor del programa de metal extremo Disco Duro de Radio Futuro. Este 21 de enero, Anton cumple 50 años y tiene preparada una celebración en grande para este viernes 18 en el Teatro Caupolicán donde, aparte de estar con sus dos agrupaciones insignes, se presentarán bandas amigas de la escena nacional como Nuclear, Poema Arcanvs y Recrucide.
Pudimos conversar con Anton acerca de su historia, los vaivenes que ha vivido en la música y lo que le depara el futuro. Todo en la siguiente entrevista:
Anton, gracias por tu tiempo. Con casi 50 años de vida y con un camino forjado en dos de las bandas más importantes de la historia del metal chileno, cuéntanos, ¿cómo nace tu interés por la música?
Yo me empecé a interiorizar en el rock más pesado porque a mis hermanos les gustaban bandas de rock como Queen, Status Quo y UFO. Entonces me fue interesando el estilo y con un compañero de curso empezamos a investigar qué es lo que había disponible. Me acuerdo que nos arrancábamos al centro e íbamos a la Feria del Disco y a esas tiendas que habían en las galerías. Descubrimos así a AC/DC, Judas Priest, Kiss, todas esas bandas y de ahí (como yo ya tocaba algo de guitarra acústica) me empezó el bichito de sacar los temas de Black Sabbath, por ejemplo, hasta que le pedí a mi viejo para una navidad o cumpleaños, una guitarra eléctrica. Esa fue mi primera guitarra y ahí empecé a tocar en mi casa. Pasado un tiempo comencé a tratar de formar una banda, lo que duró harto tiempo, hasta que logramos formar Pentagram con hartos intentos fallidos entre medio.
¿Cuál es el sentimiento que genera en ti el cumplir 50 años y ver toda tu historia detrás?
Me genera harta satisfacción mirar hacia atrás y ver que lo que he logrado, con la gente que he tocado, los discos que he hecho, los lugares en los que he estado, pero también pienso que perdí harto tiempo en lo que ha sido mi vida como músico, sobre todo en la década de los 90 en la que considero que hice muy poco, creé muy poco. Después, a partir del 2008, cuando empecé a tocar con Lock Up y a reformar Pentagram como que recuperé tiempo perdido.
¿Qué piensas del culto que se ha forjado en torno a Pentagram?
Eso fue algo que se nos fue de las manos. Hicimos dos demos y teníamos todas las ganas de hacer un disco, pero no se dio. La banda no duro más de dos años y medio. Después agarró como vida propia, si bien era algo nuestro, se convirtió en algo de todo el mundo y reformar la banda fue la forma de recuperar el control y, un poco, tener la posibilidad de tomar oportunidades que en su momento no aprovechamos.
Haciendo un recuerdo ¿cómo fue la experiencia de esa primera despedida el año 88 frente a 2000 personas?, algo impensado para la época, pero que demostraba el furor que estaba causando el metal en nuestro país.
Tengo recuerdos bastante vívidos de esa época. Había un entusiasmo grande y una pasión por la música en ese tiempo, pero al mismo tiempo estaba el tema de la gente que escupía a las bandas y de las cosas que se hablaban de ti, del grupo, la mayoría totalmente fuera de la realidad, sin más ánimo que hacer daño. La escena chilena, si bien se glorifica e idealiza mucho, era bastante tóxica en ese sentido. Ahora me llevo bien con la mayor parte de la gente, pero en ese tiempo habían hartos problemas entre las bandas, por eso siento que la culpa de que no siguiera Pentagram no fue solo de los integrantes, si no que también del entorno en el que estábamos.
Una vez finalizado Pentagram, ¿cómo nace la idea de formar Criminal?
Pentagram coincidió en su año más activo, que fue el 87, con mi primer año de universidad. Cuando se disolvió, yo me volqué bastante a los estudios para terminar la carrera que por esa época estudiaba (tecnología en sonido). Entre medio, hubo un intento de hacer Fallout, pero por distintos motivos no duró mucho la banda. Estaba estudiando, pero siempre buscando qué hacer aunque sin una idea muy clara, hasta que conocí a Rodrigo Contreras y él como que me “picó la guía” para volver a hacer un grupo en serio. Agarramos un poco el concepto de lo que queríamos hacer, que era un trash pero con harto ritmo, cercano al death metal, recuperando la voz más gutural que yo hacía en Pentagram y así fue como nacieron los primeros temas y en el 92 se nos dio en bandeja la oportunidad de telonear a Kreator, la primera vez que estuvieron en Chile. De ahí todo es historia. De ahí fue bien rápido el ascenso de Criminal.
Alguna anécdota que quieras compartir con nosotros. ¿Lo bueno y lo mano de los más de 30 años de carrera?
Lo bueno son los momentos como, por ejemplo, cuando teloneamos a Slayer, a Motorhead o salir a tocar con los Cavalera, que son oportunidades que pocos músicos tienen la suerte de vivir, que hay que atesorarlos un montón. Lo malo, en general, se asocia a los malos entendidos, los quiebres que hay en las bandas, las malas ondas que se generan que no se sabe a partir de qué inician. Prefiero eso sí quedarme con lo bueno, con los momentos lindos.
En lo personal, ¿Qué opinión te merece el estado actual de la música metal en general?
Por lo que veo y por el contacto que tengo con las bandas en Chile, por el programa de radio que hago, veo que hay una escena súper activa, creativa y creo que en el fondo lo que falta, más que grupos, ya que hay muchos y de muchos estilos y muy buenos, es estructuras: sellos y circuitos de giras. Está todo muy invadido por las bandas extranjeras, gringas y europeas, entonces no veo el por qué las bandas chilenas y sudamericanas en general no se pueden subir al circuito que hacen las bandas extranjeras.
¿Alguna banda que te llame la atención?
Son muchas y en todos los estilos. La otra vez pasé en la radio una banda que se llama Amok Damnation, que hacen como un death metal progresivo, que encontré a toda raja. Hay muchísimas, esa es por nombrar alguna. Yo sé muy bien que todo el tiempo están saliendo bandas nuevas y ellas también están más establecidas y trabajando en serio. Carencia de talento no hay, eso lo tengo claro.
Hablemos de tu trabajo en la radio, ¿qué perspectiva de la música te ha dado el estar del otro lado del micrófono versus la que el músico tiene generalmente?
No sé si me cambia en algo la perspectiva el hecho de ser músico y hacer un programa de radio. Yo hago el programa de lejos, no tengo una interacción inmediata con la gente. Muchas veces me encierro en un cubículo y me pongo a hablar de música, pero no sé a quién le estoy hablando, es un poco raro a veces. Lo que rescato es el contacto con las bandas y darles humildemente una mano para que se den a conocer.
Analizando la escena, el metal es uno de los estilos que más fans moviliza, pero existe una sensación de que la gente no apoya. Desde tu mirada ¿cuál crees que es la dificultad para que crezca la escena? ¿Difusión, calidad, etc.?
Calidad en ningún caso. Es más que nada una cosa de saber convocar. De hacer eventos con bandas de peso que tengan buena producción, buen sonido, buena publicidad, buenas gráficas para que la gente se sienta motivada. La competencia con las bandas extranjeras es dificilísima. Hay que ofrecer un producto de calidad para que la gente lo compre.
Cambiando un poco de tema, hace un tiempo se generó una polémica (si es que la podemos llamar así) por una foto tuya que compartiste junto a Mon Laferte, a partir de la que muchos fans te criticaron ¿Qué piensas de ello? Y ¿Qué opinión te merecen los estereotipos que se crean en el metal y el rock en general?
Voy a partir diciendo que yo también pasé por una etapa en la que no escuchaba nada más que metal extremo. Kreator era lo más suave que escuchaba. Por ese lado, lo entiendo, porque en ese momento uno se cree el centro del mundo y piensas que lo que tú escuchas es lo más bakán y lo que escucha el resto es pura mierda. Después vas creciendo y te vas dando cuenta que en todos los estilos hay músicos valiosos y se hace un buen material. También como músico hay que saber apreciar eso. Como te decía, lo entiendo, pero no lo comparto.
Anton, ¿qué te motivó a realizar la celebración de tus cincuenta años juntando sobre un escenario a estas dos bandas icónicas?
Fue un poco al pensar en el hito de cumplir 50 años y, además, se daba la ocasión de que íbamos a estar de todas maneras en Chile por el tema de la Cumbre, entonces se me ocurrió hacer eso como un desafío a mí mismo y también para convocar, para ofrecer algo especial a la gente para que vaya.
Este será un show que será intenso para ti. ¿Existe alguna preparación especial para este? Y ¿Qué tienes preparado para el show?
Primero que nada, decir que no van a ser 2 shows de una longitud como de un show de headliner, es decir, no voy a tocar una 1 hora y media con cada banda. Con Pentagram tocaremos unos 50 minutos y con Criminal 1 hora, ya que representa un desgaste físico importante y tampoco me quiero morir arriba del escenario, no es la idea. Últimamente me estoy cuidando bastante, estoy comiendo sano, haciendo ejercicio, tomando poco copete, casi nada, entonces estoy en una buena condición para hacer el show.
¿Cuál es tu relación con las redes sociales y la forma de distribuir la música de esa forma?
Toda la evolución que tuvo el negocio de la música fue sumamente negativo desde el momento en que alguien se dio cuenta de que las canciones eran archivos digitales que se podían copiar ilimitadamente y compartir, sin que nadie haya hecho nada al respecto hasta que ya fue tarde. Se creó una cultura de que todo debe ser gratis y las ventas de discos bajaron dramáticamente. Ahora tenemos otra realidad, como los sitios de streaming y al final al músico no le queda otra que convivir con eso, no puedes luchar contra ello porque si lo haces te quedas afuera. Hay que saber ocuparlos de la mejor forma posible y, si uno es músico profesional, debe incorporar otras formas de generar dinero. Tienes que tener buen merchandising, estar constantemente tocando. Los discos al final es casi una excusa para salir a tocar. Ya nadie puede dedicarse a sacar discos y no hacer nada más. Estamos en una nueva realidad que debemos aceptar y vivir con ella.
Anton, agradeciéndote el espacio y el tiempo, cuéntanos ¿cuáles son los planes para el corto plazo con tus proyectos?
Veamos. Con Criminal estamos ya empezando a componer para un nuevo disco que queremos grabar a mediados de este año, para que salga a fines. Con Pentagram estamos terminando de trabajar una suerte de compilado que vamos a sacar con un tema nuevo que hicimos a partir de unos demos de unos ensayos del año 85, más el cover de Violeta Parra, además de unas sesiones de radio que hicimos. Con Brujería ya grabé todas mis partes para el disco nuevo, en este momento Juan Brujo está dedicado a componer las letras y hacer las voces, no sé para cuándo irá a salir, pero de todas maneras para este año. Y con Lock Up estamos parados, viendo qué hacer, esperando si se da la oportunidad de hacer una gira ya que los integrantes están siempre ocupados con otras cosas, entonces estamos esperando una ventana que se dé para hacer algo. En lo personal, seguir viviendo de esto y tirar para adelante y ojalá para otros cincuenta años más (risas).
Las entradas para el Antonfest (Criminal + Pentagram e invitados) de este viernes 18 de enero en el Teatro Caupolicán se encuentran a la venta a través del sistema Ticketek y sus comercios asociados. Ventas sin recargo en The Knife, Rockmusic, Sick Bangers y Morbid Store.