El Kuelgue en Teatro Cariola: La noche de las mil voces
16 de agosto 2018.
Por Valentina Gilabert.
Fotografías por Francisco Aguilar A.
“Ningún show es igual al otro, ni lo será” dice El Kuelgue en la biografía de su página web, una afirmación que hace mucho sentido si pensamos en el show que dieron anoche en el Teatro Cariola, empapado de una energía que de seguro se da de forma diferente en cada lugar al que van. Los argentinos llevan tres discos editados y acaban de publicar su último trabajo, Fierrín (Lado A), EP que fue lanzando en julio de este año y que los trajo a nuestro país en una pequeña gira.
Previo a empezar el concierto, el Cariola yace tranquilo, pero poco a poco los fanáticos comienzan a llegar. Quince minutos más tarde de lo esperado, la banda liderada por Julián Kartún sube al escenario para comenzar su show. Junto a él, otros seis músicos, todos distintos entre sí, creando así una estética heterogénea.
“Por Ahora” abre la noche en una mezcla de funk y ska que logra encender en los primeros segundos público. Con “La Fama” el ritmo baja, pero no el entusiasmo de la gente. Kartún levanta su copa de vino y bebe un trago poco antes de empezar con el primer freestyle de la noche. Le sigue “Circunvalación”, un reggae que el teatro corea a todo pulmón. También bailan y hacia su final el ambiente explota. Aparece nuevamente el ska con lo que Kartún revienta el escenario. “Muchas gracias, buenas noches. Nosotros somos El Kuelgue” son las primeras palabras de la banda. Le agradecen a su familia y amigos que asisten esa noche a verlos y también al público chileno, con el que se encuentran por primera vez. “Vamos a tocar un tema que también nos toca muy profundo”, dice el vocalista antes de iniciar “Ayer Real”. La balada genera intimidad y sirve de puntapié para comenzar con “Planeta Numir”, el primer tema de su último disco.
El ritmo tranquilo no perdura, pues El Kuelgue se encarga de subirle el tono a la noche a cada momento. Primero con “Lucho Gorrión”, luego con “Paradise”, reggae donde el saxo toma protagonismo. Kartún se vuelve loco en el escenario, baila y salta, y por primera vez baja la música y el público se vuelve protagonista del show. Tras ese momento de conexión sube al escenario un acordeonista antofagastino que junto a la banda interpreta “Cinema”. “Este tema lo tocamos muchos años en bares de San Telmo, martes, frío, nadie. Solo nosotros y el calor de la música y que hoy nos vuelve a encontrar” dice Santiago Martínez, segunda voz y tecladista de la agrupación.
Le siguen “Si no te vas” y “Sin Parangón”, dos canciones distintas entre sí que dejan entrever lo multifacética que es la banda, capaz de pasar por distintos ritmos y estilos musicales. Funk, pop, ska, hip-hop, reggae, gitano e, incluso, ópera. Su presentación es una perfomance, en gran parte gracias a su vocalista, quien constantemente se transforma en diferentes personajes sobre el escenario, como si tuviera mil voces.
Al comenzar “Milanesa” se expone su lado más sensual. La voz del frontman cambia, muta en un hombre mayor, tranquilo y muy reflexivo, lo que cambia de forma casi automática al comenzar “Bossa & People”, el caballito de batalla de los porteños. “Góndola” trae consigo el funk que todos esperan para bailar y con ello la banda se suelta aún más. Kartún hace acrobacias sobre el escenario, el resto se ríe. Coquetean, fuman, se sacan la ropa, como si estuvieran ensayando en el living de su casa.
“Jimena”, tema también nuevo, trae consigo una extraña mezcla de hip-hop y funk que tiene muy buena recepción por parte del público y con “Dele Tiempo” y “Avenidas”, El Kuelgue vuelve a los viejos tiempos. “Ya puedo decir que la pasamos increíble”, dice el tecladista. Luego da paso a lo más oscuro de la banda, “Amor, Comprensión y Ternura”, tema con algunos tintes a Sumo. Con un pequeño monólogo, enfrentando la religión y la ciencia, comienza “Cristo es Marquitos di Palma”, canción con que la noche vuelve a explotar. La gente baila, los instrumentos se toman el escenario.
“Qué bien que la estamos pasando, no sé si se nota”, se escucha desde la tarima y entra nuevamente el acordeón para acompañar a la banda en “Negra Candombera”. Le sigue “Clonasepan”, cumbia que va acompañada de una pequeña estrofa de «La Muralla», canción de la banda chilena Quilapayún. El público queda encantado con el homenaje y vitorea a la banda con gritos y aplausos.
“Soñar con Ovnis”, también estrenada este año, le da un tono punk a la versátil noche y da paso a “Cariño Reptil”, canción que da cierre a la jornada. “Nos vemos, volveremos”, dicen para comenzar a despedirse, no sin antes, sorprender al público. Julián Kartún baja del escenario para disfrutar con ellos. Se junta una masa a rodearlo, pero solo saltan y bailan. Toda la gente pareciera disfrutar, incluso los que no corrieron para abrazarlo. Así, el frontman se pasea por todo el Cariola, quizás para agradecer a los fanáticos chilenos que asistieron esa noche, quizás como una forma de esa hacer esa noche única.
Setlist:
Por Ahora
La Fama
Circunvalación
Ayer real
Planeta Numir
Lucho Gorrión
Paradise
Cinema
Si no te Vas
Sin Parangón
Milanesa
Bossa & People
Góndola
Jimena
Dele Tiempo
Avenidas
Amor Comprensión y Ternura
Cristo es Marquitos di Palma
Negra Candombera
Clonasepan
Soñar con Ovnis
Cariño Reptil
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