Por Jaime Farfán.

Varias estaciones han pasado desde su último tour por Latinoamérica, pero tantas vueltas en alrededor del globo no resultan ajenas al espíritu de los escoceses de Mogwai. El tiempo, el clima, la ocasión, los recintos son distintos, pero igual el estado mental en que se encuentran estos pioneros del post-rock, parte de la primera generación del movimiento que ellos mismos ayudaron a gestar. Ante los ojos de los capitalinos, el conjunto ha desfilado por los escenarios chilenos ya en tres ocasiones (2002, 2012 y 2014, la última de ellas también de la mano de Fauna). Mas en esta oportunidad, en la que llegan amparados por la vibra del luminoso y amigo del pop Every Country’s Sun, del 2017, constituyen el plato principal en una nueva versión del joven festival Otoño Fauna, a realizarse el próximo 12 de mayo en Espacio Riesco.

De la mano de arriesgados pero exitosos experimentos como la reciente “Teenage Exorcists” o el último single “Party in the Dark”, vemos cómo un golpe de energía recorre a la banda y se configura como una prueba sólida de la capacidad de reinventarse de un grupo con más de 20 años de carrera. En una trayectoria de nueve discos y un puñado de bandas sonoras y EPs, los demoníacos temedores de satán trascienden su nombre y desarrollan sus variadas facetas. En una progresión similar a la fórmula masterizada en sus canciones, con lentas subidas, violentas resbaladas y explosiones repentinas, Stuart Braithwaite y compañía agitan las cosas llevándolas más allá que aquello que los primeros pasos dados con Summer, de 1996, podrían prometer.

Aunque la médula es la misma, en retrospectiva, como una imagen invertida de sí mismos se podría sentir el primer álbum de Mogwai, el clásico Young Team de 1997. Los jóvenes Braithwaite, Dominic Aitchison, John Cummings y Brendan O’hare, fusionan el espíritu de Glasgow con la inspiración de My Bloody Valentine, Sonic Youth, Slint, Fugazi, The Cure, Can y Tortoise, para construir un apasionado debut de grandiosas instrumentales, crudas guitarras distorsionadas, contemplativas flautas y trepidantes pianos, perspectiva y esencia que aún mantienen al enfrentar la música. En el siguiente intento, Come On Die Young de 1999, el sonido sigue siendo lento y melódico, pero las voces toman un rol protagónico en el que Stuart se para frente al micrófono sumergido en un mar de baterías tensas, samplers y texturas, al igual que en el tema que da nombre al disco.

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Es en Rock Action, la placa que los trajo por primera vez a Chile, al teatro Novedades una noche de mayo del año 2002, donde los instrumentos electrónicos empiezan a infundirse en el núcleo del conjunto. Al igual que el disco que presentarán el próximo fin de semana, fue producido por Dave Fridmann de Mercury Rev, conocido por su trabajo con The Flaming Lips, Weezer, MGMT, Spoon y Neon Indian. Los sintentizadores continúan teniendo un rol protagónico en los siguientes Happy Songs For Happy People (2003), Mr Beast (2006) y The Hawk Is Howling (2008), placas en las que las varias caras de Mogwai, ya sea como violentos rockeros, suaves cantautores, rítmicos herederos del kautrock o brillantes compositores del art-rock, colisionan en clásicos como “Hunted by a Freak”, “Glasgow Mega-Snake”, “I’m Jim Morrison, I’m Dead”, o la robótica y exquisita “The Sun Smells Too Loud”.

Siempre buscando nuevas perspectivas y áreas para desarrollar su talento, otra faceta notable de los escoceses es como compositores de bandas sonoras, en las que trascienden las limitaciones del formato disco con resultados destacables. En The Fountain de Clint Mansell, el 2006, la exitosa serie francesa Les Revenants, el 2013, o en los últimos intentos de Atomic y la colaboración con Trent Reznor en Before the Flood, el conjunto encuentra espacio dentro de la narrativa para añadir nuevos elementos a la fórmula, palpables en los álbumes lanzados en esta década. En “Mexican Grand Prix” del emocionante Hardcore Will Never Die, But You Will (2011) o en los ritmos del cíclico Rave Tapes (2014), Mogwai busca salir de su zona de confort proyectando una banda de la que se puede esperar todo y nada, instrumento y voz, melodía y explosión, llevando su nombre un paso más allá en la experimentación y transformación.

Con una nueva alineación tras la salida del histórico guitarrista John Cummings, renovados y prontos a lanzar un nuevo soundtrack para James Franco, y su película Kin, Mogwai son los imperdibles del próximo Festival Fauna Otoño, donde unos cuantos afortunados recorrerán en una noche de media temporada, los caminos del demonio en otra de sus múltiples conformaciones.

Entradas aún disponibles en Puntoticket (https://www.puntoticket.com/faunaotono2018). Revisa los horarios aquí (http://www.parlante.cl/festival-fauna-otono-define-horarios/).

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