Por Pablo Guerrero.
Luego de una inesperada rotación en MTV gracias al video de “Jesus Built My Hotrod” y de pasar de tocar en clubes pequeños a encabezar giras por arenas en Estados Unidos, mientras la crítica se rendía a la banda por el resultado del disco Psalm 69, Ministry, comandados por Al Jourguensen y Paul Barker, decidía alejarse del estudio y de los escenarios para llevar una vida sin entrevistas y cargada a la heroína.
No obstante, cuatro años después del éxito cosechado, Jourguensen y sus muchachos vuelven a la carga con la difícil tarea de dejar a sus seguidores satisfechos. La prensa por su parte esperaba ansiosa una segunda parte de Psalm 69, pero la banda tomó el camino más difícil: eliminó casi toda la electrónica que caracteriza su música, ralentizó los ritmos y se decidió a seguir el camino de la experimentación, tomando como influencias la psicodelia, el doom, el sludge metal y Black Sabbath.
Con los antecedentes mencionados en 1996 llegó el sexto disco de Ministry titulado Filth Pig. El álbum que en su portada muestra la foto de un hombre con una bandera estadounidense en la mano derecha y un trozo de carne cruda y ensangrentada sobre su cabeza, no tuvo buenas críticas. El disco tampoco alcanzó las ventas esperadas y dividió a la fanaticada que inocentemente esperaba un Psalm 70.
El disco abre con “Reload”, una canción enérgica, ruidosa con un aura industrial que no se aleja mucho del sonido que la banda había creado anteriormente, pero que al mismo tiempo advierte la densidad que adquirirá el álbum en las siguientes piezas. Esta canción, la más directa del disco, fue lanzada como single y contó con un lúdico video donde se puede ver a Jourguensen personificando a Jackie O y a Barker como el mismísimo John F. Kennedy.
El disco prosigue con “Filth Pig”, donde la banda baja revoluciones y entrega una canción oscura y sucia. El riff parece calcado de algún tema de Melvins y la voz de Jourguensen suena desgarradora mientras canta desesperanzado «How the fuck do you sleep at night? With a frozen dream and a borrowed hope that died”. Un solo de armónica y la guitarra sureña de Mike Scaccia junto a la poderosa sesión rítmica de Barker y Bill Reflin completan la canción de manera deliciosa.
La tercera canción “Lava” es probablemente la más pesada e hipnótica del disco y suena como la música que se escucharía en un tren que tuviera como destino el infierno en el centro de la tierra, siendo un corte que une de forma magistral la música industrial y el doom metal. Prosigue “Crumbs”, donde Jourguensen grita furioso frases como “You probably lick more ass than anyone I guess you like the taste of shit on your tongue” y “Useless”, cantada por Barker y que sigue con la temática insidiosa y malhumorada del álbum.
Uno de los momentos más altos del disco llega con “The Fall”, un corte lleno de misterio, baterías industriales, guitarras lentas excesivamente pesadas y una lírica llena de desesperanza y pesismo. Probablemente esta canción sea la que más refleja la tónica y donde se pueden notar los diferentes estilos musicales que influenciaron el álbum.
El tema que tuvo mayor cobertura en radio y televisión fue “Lay Lay lay”, una canción compuesta por Bob Dylan que Ministry hizo suya pese a mantener la esencia de la original. A gusto de este cronista es uno de los mejores covers que se le haya hecho de Dylan, y vaya que hay muchos.
Hacia el final “Brick Windows” culmina de manera magistral un álbum que se escapa del sonido habitual de la banda pero que para cierto número de seguidores es un gran trabajo, incluso a nivel de The Mind is a Terrible Thing to Taste. En algunas entrevistas Jourguensen señaló que nunca más tocaría material de este álbum porque le recordaba una etapa muy triste de su vida, sin embargo durante 2017 la banda desempolvó canciones como “Filth Pig”. Esperemos que si vuelven a Chile podamos escuchar algo de este hermoso y desgarrador disco.