Gorillaz en Movistar Arena: Más humanos que los humanos
20 de marzo 2018.
Por Nicolás Morán.
Fotografías por DG Medios / Jaime Valenzuela
Por primera vez en nuestro país, y llenando un Movistar Arena hasta los bordes, el proyecto liderado por Damon Albarn, mejor conocido como vocalista y frontman del grupo británico Blur, nos dio una suave experiencia que vale la pena vivir, y es por eso que es curioso como miles de personas llevaban años esperando un grupo de seres virtuales. También es curioso el cómo puede llegar a ser tan bueno un show donde, teóricamente, toda la banda no existe en este plano, tal como podríamos entender el concepto de existencia, y aun más curioso es que hayamos vivido tanto tiempo sin verlos en vivo.
Este 20 de marzo se corona como uno de las fechas claves dentro de la agenda artística musical para nuestro país, porque desde el 2001, cuando aparece su primer disco, a muchos nos voló la cabeza esa mezcla de sonidos, que rozaba tantos estilos que fue inevitable seguir su trabajo a través del tiempo. Es por eso, que lo vivido anoche tiene un matiz distinto, y se notó, porque fue una presentación estupenda, que viajó por casi todos sus discos, lo que dejó contenta a la muchedumbre.
A las 21:15 horas se apagaron las luces y salió Albarn junto a su banda, quienes llenaron el escenario y dieron paso a una de las mejores experiencias musicales del mundo. Mostrando la bandera chilena, comenzaron a sonar los acordes de “M1 A1” en un golpe de nostalgia, que enloqueció al público, solo para seguir apelando a una suave y melodiosa “Last Living Souls”, y si debemos ser sinceros, desde el minuto 1, Damon nos tenía a sus pies. No creo haber visto antes tanto feeling entre un artista y su público, porque era impresionante ver como el frontman lograba conectar a través de gestos sencillos, como acercarse a la gente, bailar, abrazar a sus colegas músicos y ya para el final del show, hasta subirse en la barrera de contención y cantar entre los seguidores, quienes lo tocaban y saludaban con devoción. La actitud de Albarn, sumada a la humildad de colocarse atrás cuando otros cantaban o rapeaban, hizo que nos diéramos cuenta de que realmente para él, Gorillaz es un proyecto tan serio, que se da el lujo de disfrutarlo.
Desde el punto de vista técnico, una joya, porque el juego de luces, los vídeos, el sonido, el humo y las performances, estaban calculadas de forma milimétrica. Sonó muy bien todo el concierto, y las proyecciones de la banda, con las diversas técnicas de animación, consiguieron que cada vez que salió 2D, Noodles, Murdoc o Russel de fondo, era para poner énfasis a la parte del concierto en la que estábamos. Sin lugar a dudas, un espectáculo cuidado y pulido a través de los años, que maravilló a todos.
Se nota que cuando lo estás pasando bien, la hora vuela, porque en 45 minutos ya habían desfilado canciones de la talla de “19-2000”, en la que pudimos corear a todo pulmón: «¡Get the cool shoeshine!», mientras en la pantalla pasaba el icónico vídeo que muestra a la banda viajando a toda velocidad escapando de todo tipo de amenazas, desde marcianos hasta el enfrentamiento final con un alce gigante. “Tomorrow comes today”, tema en el que, tocando la melódica, Damon agradeció a Chile en español, con una sencillez increíble, por lo que, cuando ya llevábamos casi una hora de concierto, hasta se dieron el lujo de mostrarnos una nueva canción, titulada “Hollywood”, que tiene un sonido bien Funky.
Como comentábamos antes, en su humildad, le dio el espacio a muchos artistas para que le ayudaran a prender la noche, como cuando De La Soul cantó “Superstar Jellyfish” e inmediatamente la gente empezó a saltar y a rapear mientras los chicos animaban a la gente a descontrolarse. Otro momento que encontramos genial, fue cuando salió Little Simz, una cantante de rap británica que con “Garage Palace” hizo que el Movistar se volviera una fiesta electrónica, porque ese beat, sumado a su voz, nos transportó a un estilo similar a lo que podemos ver en conciertos como Martin Garrix o David Guetta. Así que como podrán imaginar, con semejante despliegue, los saltos y gritos no se hicieron esperar, sobre todo cuando ya estábamos todos extasiados, en la pantalla aparecieron varios pares de ojos, que se iban colocando en distintas partes, hasta que de pronto, se proyectaron las figuras de los niños de “Dirty Harry”, quienes hacían el coro mientras la banda tocaba. Pero nada se acerca a la emoción que nos dio cuando De La Soul volvió a subir y empezó “Feel Good Inc.”, y en la parte en la que rapean Maseo, Pos y Dave, justo en esa parte que se escuchan las risas del estribillo, nos invitaron a ser nosotros los que entonáramos “Care Bear rappin’ in harder this year (yeah), Watch me as I gravitate, ha-ha-ha-ha-ha!”, consiguiendo que todos los presentes fuesen una sola voz.
Uno de los momentos que más impresionaron, fue cuando luego de tocar “Plastic Beach”, la banda se bajó, preparando el encore. Mientras eso pasaba, la oscuridad era total, y de pronto, miles de celulares prendieron sus linternas y empezó a sonar desde las tribunas hasta la cancha, como una especie de mantra: «Gorillaz… Gorillaz… Gorillaz…» Acto seguido, la banda hizo caso al llamado, volvieron a subir y tocaron 4 temas más, partiendo con “Hong Kong”, de su disco regalón de esa noche, Demon Days, luego con “Kids with guns”, la corista Michelle Ndegwa se acercó adelante y nos impactó con su potencia vocal, luego continuaron con uno de los temas favoritos de la gente, “Clint Eastwood”, que nuevamente nos transportó a los inicios del siglo XXI y a esa música que nos enamoró en la adolescencia.
Ya se iba acabando la noche, y después de demostrarnos que Damon Albarn es un multi instrumentista que maneja desde la melódica hasta el piano, la guitarra y el keytar, esa especie de sintetizador con forma de guitarra, que, a mi juicio, debe ser de los instrumentos menos glamorosos, pero en manos de este genio, hacía que se viera genial, por lo que para cerrar una noche que no podía ser más perfecta, culminó entre agradecimientos y vítores con “Demon Days”, mostrando que “Humanz”, como tour, está diseñado para darle en el gusto a los fans incondicionales, quienes desde el 2001 vienen extasiados, esos fans que tímidamente empezamos a escuchar su música en MTV, y que aún hoy, canciones como “Clint Eastwood” o “19-2000”, diseñadas para burlarse de lo que mostraban en ese canal, hacen que se nos ponga la piel de gallina, porque Gorillaz es más que un proyecto de “monitos virtuales”, es una banda real, porque crean, emocionan, disfrutan y se superan en cada disco.
Setlist:
M1 A1
Last Living Souls
Rhinestone Eyes
Tomorrow Comes Today
Every Planet We Reach Is Dead
Saturnz Barz
19-2000
Superfast Jellyfish
On Melancholy Hill
El Mañana
Charger
Strobelite
Andromeda
Hollywood
Garage Palace
Punk
Stylo
Dirty Harry
Feel Good Inc.
Plastic Beach
Encore:
Hong Kong
Kids With Guns
Clint Eastwood
Don’t Get Lost in Heaven
Demon Days