Teatro San Joaquín / 02 y 04 de Noviembre / 20.00 hrs / Gratis
El montaje –a cargo de la compañía Arte Fusión– mezcla teatro, arte circense y música y recoge el trágico hecho de la pastora, quien en 2010 fue condenada por la justicia chilena a 12 años de prisión, tras perder en la cordillera el rastro de su hijo Domingo.
“Jiwaña: El vuelo de Domingo Eloy o el niño que quiso ser un condor” fue financiada por el Consejo de la Cultura y las Artes en su convocatoria 2017 considera una presentación gratuita en el Teatro San Joaquín.
El próximo jueves 2 y sábado 4 de noviembre a las 20.00 hrs. llega al Teatro San Joaquín, la obra “Jiwaña: El vuelo de Domingo Eloy o el niño que quiso ser un cóndor”, montaje a cargo de la compañía Arte Fusión, cuya puesta en escena propone la mezcla de teatro, arte circense y música en vivo.
La obra está inspirada en el caso de la mujer aymara Gabriela Blas, quien en abril de 2010 fue condenada a 10 años y 1 día de prisión, luego de ser declarada culpable por la justicia chilena tras la desaparición en el altiplano de su hijo de 3 años, Domingo Eloy Blas, quien la acompañaba a pastorear los animales.
Posteriormente, el juicio fue anulado por la Corte de Apelaciones de Arica para realizar otro –en octubre de ese mismo año– elevando la sentencia a 12 años.
Los hechos se registraron en 2007 en el altiplano, cuando la mujer cuidaba llamos en compañía de su hijo, quien desapareció en la inmensidad del desierto, cuyo cuerpo apareció un año después, situación que Blas decidió informar a la policía quedando detenida por su “responsabilidad”. En 2010, la mujer solicitó el indulto presidencial a Sebastián Piñera, pero su condena se le rebajó a sólo dos años debiendo cumplir un total de 6 en la cárcel.
Al respecto, el director de la obra, Bartolomé Silva Llanos, explica que la obra intenta evidenciar la cosmología del pueblo aymara, cuyas creencias se encuentran ajenas a la sociedad chilena, factor determinante –a su juicio– que derivó en la condena de Gabriela Blas.
“El desarrollo de esta historia denota el tipo de sociedad que vivimos y su total desconexión con los pueblos originarios, porque históricamente el Estado no se ha hecho responsable de ellos. Es difícil que la justicia chilena los entienda si no asumen que tienen su propia cosmovisión. Sólo desde ahí se puede comprender que Gabriela llevara a su hijo Domingo a pastorear a la cordillera”, explica el director de la obra.
Para concretar el montaje se realizó una intensa y larga investigación que incluyó una relación permanente con los pueblos aymaras de la Región de Arica y Tarapacá, instancia que estuvo a cargo –además de Silva– de la actriz Claudia Morales.
“Apenas escuché las injusticias a las que fue sometida Gabriela sentí la necesidad de no hacerme parte de la apática sociedad que enjuicia a la mujer y a la madre. El desconocimiento de la justicia de todo el proceso de sincretismo que han sido obligados a vivir los pueblos originarios de nuestro país y sus posteriores juicios sobre si la persona es o no perteneciente al pueblo en cuestión, provoca que la obra se burle de lo subjetivo que puede llegar a ser la justicia chilena”, explica la integrante del elenco.
Intercambio de lenguajes escénicos
El elenco está compuesto por actores de teatro, artistas circenses y bailarines, mientras que su puesta en escena considera complejas estructuras para desplegar una serie de acrobacias tanto en el aire como a ras de suelo.
Asimismo, la puesta en escena considera elementos artísticos propios de los carnavales aymaras que se desarrollan en el norte grande de nuestro país, por lo que el público podrá conocer los coloridos elementos que adornan las calles de los pueblos en las diferentes festividades.
En este sentido, Bartolomé Silva explica que la combinación de los tres elementos que dan vida a Jiwaña fue una de las mayores complejidades, cuya preparación contempló casi diez meses de ensayo.
“El lenguaje de circo y teatro, además de la música, no fue fácil. Entender el texto y la dramaturgia dentro del proceso corporal requiere de un proceso largo en el que los actores deben sumar los diferentes factores generándose ese insoslayable conflicto entre lo circense y la palabra”, revela el director.
La obra fue financiada por el Consejo de la Culturas y las Artes en su convocatoria 2017 y tendrá funciones gratuitas hasta el próximo 26 de noviembre en distintas comunas de la Región Metropolitana.
Ficha técnica
Dirección: Bartolomé Silva Llanos.
Dirección musical: Francisco Campos Dintrans
Dramaturgia: Claudia Morales Espinoza.
Elenco: Paola Escobar Brito, Claudia Morales Espinoza, Carlos Morales Rojas, Rony Oliva Maldonado, Raúl Salazar Alvarado, Enoc Silva León, Yoel Silva Vira.
Diseño de vestuario: Verónica Navarro
Diseño de iluminación: Camila Stears
Diseño escenográfico: Francisco Jara.
Técnico en sonido: Emanuel Irarrázaval y Gonzalo Seguel.
Diseño gráfico: FRAPPE