Sólstafir en Chile: Rockeando como un caballero
Teatro Nescafé de las Artes, 14 de septiembre 2017.
Por Nicolás Morán.
Fotografías por Felipe Morales.
He tenido la oportunidad de ir a un par de conciertos de rock y de metal, y creo que nunca, pero nunca, había presenciado uno en el que la gente estuviera sentada tanto tiempo. Me llamó la atención el cómo se desarrolló el que debe ser, por lejos, el más pacífico concierto de rock en el que he estado. Lejos de lo que uno tiende a esperar, mis prejuicios se vieron enfrentados a la realidad. El público no se levantó, desde el minuto 1 no hubo cabeceos a velocidades supersónicas, y nadie terminó con un cadenazo en la espalda. Antaño eso me habría molestado bastante, hoy lo miro como algo destacable.
Por primera vez en Chile, se presentó el grupo de Metal Progresivo islandés, Sólstafir, quienes dieron una clase magistral de técnica musical que se vio potenciada por el delicioso espacio que es el Teatro Nescafé de las Artes. Durante la noche de este jueves, fuimos testigos de un concierto que es raro para el común de los mortales, debido sobre todo, porque son más cercanos a la escena underground. Los descendientes del pueblo vikingo hicieron gala de una presentación sobria, llena de virtuosismo, pero que dio sorpresas, donde los riffs inundaron el escenario, y con una potente línea de bajo se destacaron en los casi 100 minutos que duró el show.
Desde que los chicos de Islandia sacaran su último disco, Berdreyminn (2017), se puede decir que han logrado un éxito más reconocible, a nivel de medios especializados. En este caso, el frontman de la banda, Aðalbjörn Tryggvason, se lució con su estilo estoico y seco, que en general tiene la gente del norte del planeta, así, con su guitarra y voz armoniosa consiguió arrancarle a los asistentes, montañas de aplausos. Con una prodigiosa presentación, también, como mencionamos antes, se hizo presente un poderoso bajo, a cargo de Svavar Austman, que motivaba al público a desordenarse un poco más.
En gran medida, se movieron por casi todos sus discos, pero aparte del último, el que se podría decir que los ubicó en el mapa, fue el del 2014, Ótta, con el que se puede apreciar esa onda más post-rock, alejándose definitivamente de la línea de sus inicios en el Black Metal.
Al ser muy largos los temas, resultó que solamente fueron 10 canciones, 9 de la parrilla más una del encore. Cercano al final, lograron una conexión más potente con el público, puesto que Tryggvason llamó a un asistente a que se acercara al escenario y le preguntó cómo se decía piedra en español, y luego de enterarse, dijo con voz potente: Este tema es “Piedra Negra”. Con eso, ya se había ganado a la gente, nada más hacía falta, hasta que algo cambió la atmósfera, al tocar “Fjara”, el show se volvió algo más espontáneo, puesto que desde las última canción hubo un cambio en el público, lo que hizo a que se acercaran, para que de esa manera, esto se volviera un verdadero concierto de rock.
Todos vueltos locos, el Nescafé retumbaba con los saltos y gritos del público. Se desataba la pasión vikinga, sobre todo cuando en el encore tocaron “Goddess of the Ages”, ahí fue el corto, pero estruendoso final.
Sin lugar a dudas, una presentación pasional, llena de emociones, que se extendió por nuestros sentidos y nos dejó ese sabor a bosque y a mañana fría, todo desde el lejano país norteño.
Setlist
Silfur-Refur
Ótta
Náttmál
Ísafold
Djákninn
Necrologue
Fjara
She Destroys Again
Svartir Sandar
Encore:
Goddess Of The Ages
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en realidad Tryggvason pidió que alguien le traduciera «black sands», un pelao que estaba en primera fila se ofreció de traductor.