Por Bernardita Ponce.
Nuevamente me dejé llevar por una serie adolescente, para mi sorpresa, fue una buena decisión. La serie la vi de una vez, porque sus ocho capítulos son cortitos (30 minutos cada uno), entonces es fácil entusiasmarse. Es livianita y fácil de digerir, sobre todo con un tema que es tan complejo como el autismo, en ello tiene mucho que ver el guión y las actuaciones de estos jóvenes y cada vez más comunes promesas de la televisión.
¿De qué trata Atypical?, bueno además de hablar del autismo de una forma bastante cercana y poco dramática, nos muestra cómo es ser adolescente y padecer este trastorno. Sus dudas, deseos, planes y su rol en la familia, es ahí cuando capítulo tras capítulo nos van exponiendo diferentes historias que van relacionadas con Sam Gardner (Keir Gilchrist), su protagonista.
Es importante decir, que la serie de Netflix hace una representación de lo que sería el actuar cotidiano de un chico con autismo, sus amigos y familia, pero no es necesariamente la realidad. Puede que el tema sea aún más complejo, pero, en general, se hace un buen trabajo de representar las luchas de una persona con este trastorno neurológico. Sam, tal como lo mencionan en la serie posee un “autismo funcional”, es decir que es capaz de mantener un trabajo, va a una escuela regular sin problemas, y viaja a diario en autobús para moverse por la ciudad. Claro quizás esa ligereza con que muestran su trastorno no sea tan “real”, pero para quienes estábamos un poco alejados del tema creo que nos ha acercado hacía un mundo desconocido y con el cual hemos podido empatizar.
Aunque Sam, que está obsesionado con todo lo relacionado a la Antártica y los pingüinos, también tienen sus áreas problemáticas y no todo es tan feliz. Evita situaciones nuevas, entre ellas relacionarse con personas desconocidas, es ahí donde parte de sus citas con la terapeuta tienen como objetivo mejorar sus relaciones con otras personas, en especial con las chicas.
En esta historia, escrita por Robia Rashid, Sam no es el único personaje junto con él está su familia que también tienen sus propios dramas. Tiene una madre llamada Elsa (Jennifer Jason Leigh), que vive su vida organizada para su hijo y lucha con el hecho de haber renunciado a su propia vida para ayudarlo. Su matrimonio es inestable, si bien se apoyan, existen muchos secretos. Doug (Michael Rapaport), su padre, lidia con la culpa de no estar presente cuando su hijo lo necesita y no saber qué hacer en ciertas situaciones. Trata de ser su compañero y consejero, pero no tiene buenos resultados. Su hermana menor (Brigette Lundy-Paine), Casey, es la encargada de protegerlo en el colegio y no deja de preocuparse nunca por el bienestar de su hermano.
Cuando van pasando los capítulos, empezamos a sentir cierto cariño por esta familia y logramos entender lo que está ocurriendo y porqué hacen lo que hacen. A ellos se suma Zahid, el único amigo de Sam, y quien aporta el lado cómico a la serie con sus fallidos e insistentes intentos de que su amigo encuentre el amor. También, casi llegando a la mitad de la temporada, y luego de varias sesiones de terapia, Sam conoce a Paige, una chica bastante particular y que en cierto modo lo ayuda a cambiar de rutina y a mirar el mundo de forma diferente.
En resumen, Atypical nos acerca a un mundo desconocido para muchos, de una forma amable, sincera y empática. La serie es entretenida e informativa, nos hace ver que todos somos diferentes y que podemos comprender a los otros sin ser egoístas. Si tienes tiempo, puedes devorarla en una tarde, son 8 capítulos que pasarán sin darte cuenta.