Daymé Arocena en Tocatas Mil: Simpatía y calidad musical
Centro Cultural GAM, 21 de enero 2017.
Por Bernardita Ovalle.
Fotografías por Gabriel Padilla.
El sábado recién pasado, continuando con el ciclo de Tocatas Mil, fuimos partícipes de una nueva fiesta musical, que incluyó una calidad vocal inigualable, instrumentalización de primera categoría y una presentación complementada con chispeante simpatía.
La artista a la que nos referimos es la cubana Daymé Arocena que, con tan solo 23 años, sedujo al público presente en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) con su exquisita combinación entre el jazz, soul y sonidos afrocubanos.
Ya instalados los tres virtuosos músicos que la acompañan en piano, percusión y bajo, Arocena entró al escenario abriendo la noche con “Madres”, canción que le dedica al santo Yemayá. Y es que la artista posee una fuerte conexión con la espiritualidad afrocubana, por lo que su música está intrínsecamente ligada a los cantos y ritos de la religión Yoruba.
Arocena baila, sonríe y cierra los ojos como si realmente estuviera conectada espiritualmente con un ser superior, mientras demuestra una calidad musical tan potente, que con tan solo el primer tema ya tenía al público boquiabierto, quien no paraba de aplaudir y ovacionar.
Posee un carisma y una simpatía que encanta y enamora a todos. Ríe, todo el tiempo ríe, y tiene una naturalidad para conectar con el público que sorprende. Conversa y cuenta historias o anécdotas, que sacan carcajadas entre los presentes; la muchacha lleva escasos 10 minutos arriba del escenario y ya ha conquistado a todos en la Sala A1.
Sus 23 años se ven reflejados en su espontaneidad y risa fácil, pero al escucharla cantar se siente como si en esto de la música fuera una veterana. Esta peculiar combinación entre encanto, un discurso fuerte y una belleza en los matices de los sonidos y cantos es, quizás, la que genera en el público una suerte de magnetismo al presenciar su show.
Su experiencia en la banda femenina de jazz Alami y su colaboración en “Maqueque”, disco de melodías afrocubanas de la artista canadiense Jane Bunnett, ya le habían marcado un camino en su carrera. Sin embargo, con “Nueva Era”, su disco solista de 2015, logró captar la atención de la crítica, quien la ha aclamado llegando incluso a catalogarla como una mezcla entre Aretha Franklin y Celia Cruz.
Anoche, además de disfrutar de perfectas interpretaciones del disco debut, tuvimos el privilegio exclusivo de escuchar un adelanto de su nuevo álbum “Cubafonía”, que saldrá a la luz en marzo y que sigue la línea de esa mezcla multicultural tan sabrosa de sonidos, jugando con el español, inglés y lengua yoruba.
Momento sublime de la noche fue la interpretación de “Gracias a la vida” de Violeta Parra, en una versión propia de la artista. Al terminar, no cesaban los aplausos de los asistentes quienes, incluso, se pusieron de pie para ovacionar tan bien lograda pieza musical. La noche cerraría con “Don’t unplug my body”, pero el ferviente público se rehusaba a abandonar la sala sin antes disfrutar de un último tema. Arocena no se hizo de rogar y volvió al escenario para interpretar “El 4-5-6”, un clásico tema cubano de la banda “Los Brito”.
Fue un verdadero privilegio contar en nuestro país con la visita de una artista de tal categoría. Sin duda, el virtuosismo de Arocena no le construirá otro camino que el del éxito, y estoy segura que pronto veremos a esta encantadora joven como una de las grandes estrellas cubanas a nivel mundial.
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