Roja y Negro, Canciones de Amor y Desamor en Tocatas Mil: La versatilidad de Anita Tijoux
Teatro Oriente, 10 de enero 2016.
Por Gabriela León.
Fotografías por Maria Loreto Plaza.
Ana Tijoux es hoy una de las artistas más importantes de la música chilena de nuestra época, y durante el día martes nos demostró que no esta hecha solo de hip-hop y líricas rápidas, ya que con su proyecto “Roja y Negro, canciones de amor y desamor”, nos presenta a una cantautora con toques latinoamericanos y con una esencia que nos hace recordar esa música tranquila que escuchábamos en el patio de la abuela.
Esta misma faceta, que ya daba pequeños pincelazos en el disco “Vengo” (2014), pone énfasis en sonidos más andinos y pequeños lapsus en donde deja de lado su rima acelerada por notas más afinadas y melódicas, fue la que me llevó a reunirme el martes recién pasado en su concierto en el Teatro Oriente, el cuál forma parte del ciclo de Tocatas Mil que se está desarrollando durante este mes en distintos escenarios capitalinos.
El show tuvo la introducción a través de un mini monólogo por Pato Pimienta, en el cual abarcó los temas del amor y desamor (ad-hoc a lo que se venía). Si bien me hizo recordar un poco la rutina de Natalia Valdebenito en el Festival de Viña de Mar, no puedo negar que me saco más de una carcajada. Debe ser esa cara del Pato Pimienta en el extinto programa de Viax, «SCA», gritándole su frase más famosa en el sketch del celoso, que aun no olvido.
La verdad, es difícil escribir sobre lo que se vivió el martes. En simples palabras, fue un concierto que atrapó y cautivó a todos. El trabajo que se hace en torno a este espectáculo es redondo, partiendo desde el lugar escogido para llevar a cabo este concierto, el mítico Teatro Oriente, el cual no había visitado por lo menos en un par de años, pero que sigue manteniendo su esencia: La decoración del escenario, en torno a maceteros con ramos de rosas, banderines en el cielo y una pequeña mesa junto a un par de copas de vino; la iluminación que sin duda cumplió un papel importante, ya que conecta con las emociones que circularon en cada momento.
Y por último y no menos importante, hay que hablar de los tres grandes artistas que había en escena, Ana Tijoux, Raimundo Santander y Ramiro Durán. Solo 3 músicos que bastaron para llenar el escenario y transmitir todos los sentimientos que vivimos este martes.
Con temas propios como «Asaltando» o «Nuestro Propio Juramento» canciones que con efectos en la voz logran demostrar que no solo se trata de tocar música de amor (o desamor según el estado que usted se encuentre) si no que, de la integración de las dulces melodías de un vals (por dar un ejemplo) a la mezcla de voces en sintetizadores que logran hacerlas imperdibles, tanto así que si usted es fan de la trayectoria de Ana, debiese ir a ver. Y si no lo es, también.
Finalmente, se cierra este hermoso show con «Calaveritas», el tema ícono de este proyecto que muestra la versatilidad de esta gran artista. Una canción en la cual fue acompañada por muchos de los asistentes con aplausos y cantando a todo pulmón los coros, dejando de lado la solemnidad del Teatro Oriente.
Roja y Negro entrega esos conciertos que te permiten salir en paz, aunque quizás no con esa euforia de haber escuchado una guitarra eléctrica y una batería sonando a más no poder. Pero es, sin duda, una propuesta diferente, que con tonos más nostálgicos y de canto más popular, logra encantar a quién se le cruce.
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