24 de abril 2025.

Por Pablo Álvarez P.
Fotografías por Matías Schwartz.

Plateas agotadas, una cancha casi a tope y un show de apertura de Reina Luisa que mostró un excelente estado de forma en sus 25 minutos de presentación. Ese fue el marco que recibió a los islandeses de Kaleo en su regreso a Chile. 7 años debieron pasar para que la banda de blues rock se olvidara tanto de sus fiordos natales como de las carreteras estadounidenses y decidiera regresar a Santiago con un show -esta vez en solitario- en el Teatro Coliseo.

Con máxima puntualidad, la banda comenzó de inmediato con los pesados y gruesos riffs de “USA Today”, adelanto de su tercer larga duración a lanzarse el 9 de mayo próximo. El vocalista Jökull Júlíusson se hizo esperar un poco. Ataviado con una chaqueta vaquera con flecos y un sombrero ad hoc, no pasó desapercibido al entrar a escena, ni tampoco demoró en comenzar a lucir su voz rasposa, mientras le cantaba al conflicto de las armas en Norteamérica.

Pegadita llegó “Break My Baby” (Surface Sounds, 2021), con su rock cadencioso que hizo desenfundar celulares a cientos de asistentes, donde destacó el sensual solo de guitarra de Rubin Pollock, junto a un desgarrado grito final de JJ. Buen momento para saludar y pedir la ayuda del público, antes de comenzar “Broken Bones” (A/B, 2016) y entonar en conjunto el estribillo: “The devil’s gonna make me a free man», que desató un blues puro y duro, con la armónica de Þorleifur Gaukur Davíðsson como invitada especial.

Hora de bajar un poco las revoluciones, y es que apenas el frontman empezó a silbar, el público de inmediato supo que llegaba el momento de las baladas. El desamor de “I Can´t Go on Without You”, tuvo al lap steel de Þorleifur -pintado con los colores de la bandera norteamericana- como protagonista. Así llegó también la tristona “All the Pretty Girls”, con Júlíusson olvidándose del bar para sonar melancólico y dulce a la vez, mientras todo el público lo acompañaba en el coro. “Increíble público esta noche. Suenan genial”, dijo el cantante en inglés tras presenciar el primer gran karaoke de la jornada. Pero aún faltaba una balada más con “Save Yourself”. Probablemente la canción más sentida de la noche, con su protagonista deseando que su ex pareja se entregue a una persona que valga la pena y no a cualquiera que pase enfrente. El Coliseo se llenó de aplausos.

Rápidamente JJ acusa el cambio de mood al preguntar en spanglish: “Guys, alright?, ¿todo bien?”, para introducir “Automobile”. Como su nombre lo adelanta, una melodía hecha para agarrar el auto y avanzar por la carretera observando el desierto y las colinas estadounidenses. El corte del disco A/B provocó que la gente se levantara y aplaudiera fervientemente ante un final más energético y movido que la versión de estudio. Con la audiencia arriba, el momento era ideal para la entretenida “Hey Gringo”, donde el vocalista llenó el coro con sus falsetes, mientras Davíðsson entregó el mejor solo de armónica de la noche.

Para “Hot Blood” vuelven a tomar el protagonismo las guitarras distorsionadas, generando el deleite del público que a esas alturas saltaba, gritaba y hasta bailaba. Rápidamente sale de escena Jökull Júlíusson, para dejar que los 4 instrumentistas hicieran una especie de jam, que permitió el lucimiento del baterista David Antonsson y a Daniel Kristjansson intercambiarse entre su bajo y sus sintetizadores. Al volver el vocalista, ya sin chaqueta y luciendo una ajustada camisa naranja con blanco, fue momento para «Lonely Cowboy». Otro sencillo que adelanta el venidero álbum Mixed Emotions. Una balada country que retrata a un solitario hombre atravesando el desierto en su caballo.

Sin tiempo para reservar pasajes, Kaleo decide llevarnos rápidamente a los hielos y volcanes nórdicos con “Vor í Vaglaskógi”. Todo en islandés, como para no olvidar que llegaron desde el círculo ártico, aunque a ratos puedan sonar tan norteamericanos como cualquier banda de Mississippi en los años 30. Este poema, hecho canción en los 60s, y que la banda reversionó a comienzos de su carrera en 2013, les valió popularidad y reconocimiento en su tierra natal.

De vuelta a la actualidad, JJ se cuelga su guitarra con resonador para entonar “Skinny”. Nuevamente las cámaras de celulares aparecen abundantemente, mientras los oriundos de Mosfellsbær abordan las presiones y expectativas que la sociedad pone sobre las mujeres, envolviendo a la canción en una intensidad cada vez mayor. Tanto así fue, que a medio camino incluso se debió que cambiar la línea del bajo, algo que pasó prácticamente inadvertido.

Y hablando de intensidad, era hora de uno de los momentos más esperados de la noche con el hit mundial y viral de los islandeses: “Way Down We Go”, con una interpretación que sonó prácticamente calcada a la versión de estudio. Profunda y con la voz de Júlíusson como gran potagonista, el single dejó a varios miembros de la audiencia tiritones y aplaudiendo tras ese mazazo emocional e interpretativo, que se pregunta si ya tocamos fondo.

Antes del encore, llegaría el mayor karaoke de la noche con “No Good”. Otro de los grandes éxitos de la agrupación que tuvo a Daniel Kristjansson invitando al público a saltar y aplaudir, en una verdadera fiesta country. Tras una breve salida del escenario, donde la gente no dejó de gritar y cantar pidiendo el regreso de Kaleo, la banda volvió para entonar “Glass House”, llena de guitarras estridentes y riffs rockeros. Buen anticipo para la estrenada hace 2 meses “Back Door”. Un track blusero, rockero y seductor, que puso a cantar y a saltar a todo el teatro, azuzados por David Antonsson desde su batería, mientras el bajista se olvidó por un momento de su instrumento, y se vistió de Luis Miguel para lanzar flores blancas al público. Sin duda un nuevo hit de los islandeses que llegó a hacer temblar el piso del Teatro Coliseo. Para cerrar la velada llegaría “Rock ‘N’ Roller”, canción que captura el difícil camino para alcanzar el estrellato en el mundo del espectáculo. Un regalo para los fanáticos más antiguos, que retrocedieron hasta 2013 con la canción que cerró 90 minutos exactos de show.

Y es que la noche del jueves en el Coliseo fue todo precisión. Desde los horarios, pasando por el sonido y por supuesto el desempeño de la banda. Tal vez demasiada precisión, ya que lo único que pudo echarse de menos fue alguna mayor conexión del grupo o de su frontman con el público, más allá de las canciones. Pero sin lugar a dudas Kaleo ofreció un show de alto vuelo, que nos hace preguntarnos si realmente el blues nació en Estados Unidos. La verdad es que -aunque con esto Donald Trump quiera subirnos nuevamente los aranceles- anoche quedó claro que el Delta del Mississippi es una región ubicada en algún punto de Islandia.

Setlist:
USA Today
Break My Baby
Broken Bones
I Can’t Go On Without You
All the Pretty Girls
Save Yourself
Automobile
Hey Gringo
Hot Blood
Lonely Cowboy
Vor í Vaglaskógi
Skinny
Way Down We Go
No Good
Glass House
Backdoor
Rock ‘n’ Roller

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