9 de octubre 2024.
Por Daniela Díaz.
Fotografías por Francisco Aguilar A. / Spider Prod.
Hace aproximadamente nueve años, cuando Wardruna solo había lanzado dos álbumes, decidí tatuarme mis primeras runas futhark, inspiradas en el arte de sus discos. Desde ese entonces, los noruegos eran una de esas bandas que me inspiraban profundamente a parajes lejanos y sonidos misteriosos. Este 9 de octubre, tuvimos la oportunidad de presenciar su show en el Teatro Caupolicán, en solo un anhelo de verlos en vivo, se hizo realidad.
Con un Teatro Caupolicán rodeado de filas llenas de fanáticos, y prácticamente con un recinto a tope en almas expectantes, aparecían bajo tenues luces, las melodías de “Kvitravn”, canción que da nombre al álbum que lleva mismo nombre del 2021, en una atmósfera con aroma a incienso, llegaba en un aura mágica y ancestral. Los sonidos de instrumentos tradicionales como la tagelharpa, el lur y la kravik-lyre aparecían profundos y resonantes junto a las voces de
La interpretación de “Skugge”, “Solringen” y “Heimta Thurs” llegaba en uno de los momentos más impactantes de la noche, en la primera parte de un show dotado de oscuridad y con la melancolía necesaria, que nos evocaron estas piezas, donde las emociones emergían desde el palco hasta la cancha, transformadas en un manto de un ritual colectivo, de primera mano en una propuesta densa, producida y profundamente arraigada en la cultura nórdica, que ha trascendido pese a lo que sabemos en la historia.
En esta ocasión, tuvimos el honor de escuchar un adelanto del sencillo lanzado este año titulado “Hertan”, que formará parte de su sexto álbum de estudio Birna, anticipando lo que se viene este 2025. El setlist estuvo compuesto principalmente por una exquisita selección de sus discos más aclamados, como Kvitravn (2021), Runaljod – Yggdrasil (2013) y Runaljod – Ragnarok (2016). La banda, acompañada por Arne Sandvoll, John Stenersen y Eilif Gundersen, nos ofreció una muestra de su experiencia inmersiva e introspectiva, combinando el dark folk, en un espectáculo lleno de misticismo, sonidos prehispánicos y una ejecución magistral.
El ambiente estaba cargado de sonoridades hipnóticas y poderosos coros, nos hicieron vibrar con una mezcla de melancolía, alegría y la conmoción de escuchar en vivo las voces conmovedoras que forman parte de Wardruna, acompañadas de una instrumentación solemne. Aunque nos encontrábamos en un recinto cerrado, la banda logró transportarnos mentalmente a través de la naturaleza, evocando el agua, el viento e incluso el crujir de los huesos. Como símbolos perennes y presentes en todo momento, le dieron un carácter rico, orgánico y primitivo a un debut en nuestro país digno de recordar.
El viaje musical continuó con la interpretación de “Voluspá”, basada en la famosa profecía de la Edda Poética, la que estuvo cargada de dramatismo y tensión, basada en una narrativa apocalíptica, fue transmitida magistralmente a través de una performance impactante, acompañada de una profunda sensación de contemplación, mientras no faltaron las lágrimas por tal momento, mientras las voces de Einar Selvik y Lindy-Fay Hella alcanzaban un clímax emocional nos dejaban sin aliento en cada rincón.
A continuación, interpretaron “Tyr”, “Isa” y “Grá”, que se destacaron por la fuerza de los tambores en ritmos contundentes, que se entrelazaba con armonías vocales llenas de intensidad, siendo capaces de erizarnos sagradamente. Aunque algunos fans de la vieja escuela extrañaron a Kristian Espedal, conocido como Gaahl, no cabe duda de que Wardruna ha mantenido un camino forjado con un sonido y estilo característicos, que no tienen comparación, mostrando una evolución más fuerte y que se impone sin lugar a dudas.
Finalmente, en un esplendoroso ocaso, se despidieron con las notas de las canciones más anheladas: “Fehu” y “Helvegen”, ya consagradas como clásicos, junto a “Raido”. Como un regalo final, ofrecieron un homenaje a “Snake Pit Poetry”, resonando ecos de la serie Vikings, donde Wardruna dejó su huella indeleble en la banda sonora.
En un viaje que se extendió a lo largo de 1 hora y 45 minutos, Wardruna iluminó la noche con un espectáculo que fue un verdadero deleite por la música ancestral nórdica, tejiendo momentos épicos, introspectivos y espirituales. Los músicos, como virtuosos narradores de historias eternas, lograron sintetizar la esencia de su arte, bajo ovaciones de un público, completamente embelesado y eufórico, en un momento histórico, que será grabado en la memoria de todos los que disfrutamos de un ritual nórdico sin retorno.
Setlist:
Kvitravn
Skugge
Solringen
Heimta Thurs
Hertan
Kvit Hjort
Lyfjaberg
Voluspá
Tyr
Isa
Grá
Runaljod
Rotlaust tre fell
Fehu
Helvegen
Raido
Snake Pit poetry
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