Por Carlos Barahona.

Este sábado 28 de septiembre, el Teatro Cariola será testigo de un evento único: la primera presentación en Chile de una de las bandas más icónicas del hardcore punk mundial: Gorilla Biscuits. Junto a los estadounidenses de Values Here y los locales de Entrefuego como apertura, la jornada promete ser un encuentro explosivo entre generaciones y corrientes de este género, donde la energía, la conciencia social y la nostalgia se unirán.

Para entender la importancia de Gorilla Biscuits, es necesario contextualizar su surgimiento en la escena hardcore de Nueva York a mediados de los años 80. Esta movida era mucho más que música rápida y agresiva; fue una respuesta a las tensiones urbanas de una ciudad que lidiaba con altos índices de criminalidad, un declive económico incesante y la alienación juvenil, que se refugiaba en el consumo de drogas. En este contexto, el hardcore punk en la Gran Manzana fue un refugio para jóvenes que buscaban un espacio donde expresar su frustración y encontrar una comunidad, sentirse parte de algo más grande o simplemente, la esencia gregaria propia del ser humano. A diferencia del punk británico o el de la costa oeste de EE.UU, el hardcore neoyorquino era más visceral y austero, siempre caracterizado por su enfoque en la autogestión, el «hazlo tú mismo» (DIY) y una ética de resistencia frente a la adversidad.

Bandas como Agnostic Front, Cro-Mags y Youth of Today no solo pusieron la ciudad en el mapa del hardcore, sino que marcaron una diferencia con sus letras centradas en la autodefensa, la disciplina y la lucha por una vida mejor en un entorno hostil. Fue en este contexto donde surgió una subcorriente dentro del hardcore: el straight edge.

El straight edge – que puede traducirse como camino o sendero recto – nació como una respuesta a los excesos de la cultura punk y la escena de clubes nocturnos de Nueva York. Si bien el punk se asoció históricamente con la rebeldía contra las normas sociales, incluido el consumo de drogas y alcohol, el straight edge promovía una forma de vida que rechazaba estos vicios, enfocándose en la claridad mental, la sobriedad y la ética personal. Encabezado por bandas como Minor Threat en Washington, D.C., y expandido por grupos como Youth of Today en Nueva York, este movimiento no solo trataba de abstenerse de sustancias, sino también de abogar por un cambio personal y colectivo.

Gorilla Biscuits, aunque no estrictamente una banda straight edge, abrazó muchos de estos valores en sus letras y actitud. En su música, predican la importancia de mantenerse firme en las convicciones, resistir la presión social y luchar por un cambio, todo mientras celebran la diversidad dentro de la escena hardcore. Este enfoque optimista y positivo contrastaba con la agresividad más nihilista de algunas bandas contemporáneas, lo que les permitió resonar con una audiencia más amplia y solidificar su lugar en la historia del hardcore.

He aquí un dato anecdótico: el peculiar nombre de la banda tiene su origen en una referencia a una droga callejera. En la jerga de las calles de Nueva York, los «Gorilla Biscuits» eran apodos para los tranquilizantes de animales, conocidos por su potente efecto sedante. Aunque el nombre puede parecer oscuro, el grupo lo adoptó en tono de broma y en parte para reflejar la realidad de los excesos y las drogas que muchos jóvenes enfrentaban en la ciudad. Sin embargo, al igual que muchas de las bandas de hardcore neoyorquinas, su música promovía un mensaje contrario: la necesidad de claridad, conciencia y acción para evitar caer en esos vicios destructivos.

La formación clásica del grupo es la de Anthony «Civ» Civarelli en la voz, Walter Schreifels en la guitarra, Arthur Smilios en el bajo y Luke Abbey en la batería, quienes se destacaron rápidamente por su capacidad de combinar melodía con la intensidad del hardcore tradicional. Schreifels, quien también tocó en bandas influyentes como Youth of Today, se convirtió en una figura clave para el desarrollo del sonido straight edge y post-hardcore, especialmente con su trabajo posterior en Quicksand y Rival Schools.

Aunque la carrera discográfica de Gorilla Biscuits fue breve, su EP homónimo de 1988 y su álbum Start Today (1989) son considerados clásicos definitivos del hardcore punk. Start Today, en particular, se convirtió en un hito por su sonido más pulido, pero sin perder la energía cruda del hardcore. Las letras directas y motivadoras de canciones como «Start Today», «New Direction» y «Hold Your Ground» se han convertido en himnos de la escena, invitando a los oyentes a tomar el control de sus vidas y ser agentes de cambio.

El esperado concierto de Gorilla Biscuits en el Teatro Cariola será mucho más que una presentación musical; será un encuentro entre las raíces del hardcore neoyorquino y la escena local chilena, que ha crecido y evolucionado inspirada en estos mismos valores. La banda, que sigue tocando sus clásicos con la misma energía que en sus comienzos, probablemente hará un repaso por lo mejor de su corta pero impactante discografía, incluyendo temas esenciales como «Stand Still», «High Hopes» y «Degradation».

Con la participación de Values Here, una banda que lleva consigo el espíritu de la vieja escuela hardcore y el mensaje positivo del straight edge, junto a Entrefuego, una de las agrupaciones más potentes de la escena hardcore chilena desde hace ya varias décadas, la noche será un tributo a la fuerza y resiliencia de un movimiento que, más allá de la música, sigue inspirando a nuevas generaciones a resistir, unirse y luchar por un cambio.

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