24 de agosto 2024.

Por Diego Calderón.
Fotografías por Javier Martínez.

No es difícil imaginar los alrededores de la calle San Diego como punto de encuentro de chaquetas de cueros, pelo largo y jeans ajustados. Es una postal añeja pero vigente. Una vez más, el Teatro Caupolicán recibe a una fanaticada de muchas batallas y de clásicos ritos. Algunas cervezas para la previa, hablando de discos, canciones, solos de guitarra y performance inolvidables de sus bandas favoritas. Incluso se pueden apreciar las nuevas generaciones de metaleros, quienes probablemente recuerden este día como su primer concierto de heavy metal.

El motivo de esta reunión es la banda argentina Rata Blanca, que comenzó su historia en la década de los 80’ y que sigue haciendo música hasta el día de hoy. Actualmente está compuesta por Walter Giardino (guitarra), Adrián Barilari (voz), Danilo Moschen (teclados y coros), y las nuevas incorporaciones a partir de este año 2024, Juan Pablo Massanisso (bajo) y Alan Fritzler (batería).

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En todo momento se aprecia el origen ochentero de la banda. Desde los pañuelos que usan sus integrantes, la importancia de los solos de guitarra, los teclados armonizando cada acorde y coros melódicos hechos para ser cantados por el público. “Diario de una sombra”, “Sólo para amarte” y “Volviendo a casa” dieron el puntapié inicial de una interpretación musical sólida. Destaca la guitarra de Giardino, que, debido a la complejidad, muchas veces no se logra distinguir si es un riff o un solo lo que está ejecutando.

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A lo largo de la trayectoria de Rata Blanca, y derribando el prejuicio de toda banda de heavy metal, se han atrevido a escribir letras que hablan de amor. “Talismán” y “Cuando hoy es ayer” fueron coreadas por los asistentes, haciendo propio el mensaje de estas canciones. En este último tema, una vez más sobresale Giardino con una guitarra de doble mástil, con sonido de guitarra acústica por un lado, y eléctrica con distorsión, por el otro. En este punto, ya se entiende que no es necesario un segundo guitarrista en la banda. También hay espacio para canciones nuevas. “Hijos de la tempestad” y “Rock es Rock” son presentadas en vivo, las que son bien recibidas por el público. Demuestran solidez en las bases, con un doble bombo infernal. Derrochan actitud y son una continuidad del lenguaje sonoro de los trasandinos.

Para la parte final del show, los clásicos “Mujer amante” y “La leyenda del hada y del mago”. En ambas canciones, Adrián levanta el atril de su micrófono, vestido por un pañuelo negro que lo acompañó toda la presentación, y lo alza como bandera de triunfo, incluyendo al público en la interpretación de estas dos piezas musicales. Rata Blanca tiene un sonido clásico. Escucharlos es rememorar bandas que iniciaron el heavy metal hace más de 40 años en el Reino Unido y Estados Unidos. Bases sólidas, teclados armonizando, el groove de los riffs, solos de guitarra y una voz privilegiada al frente. Para esa nueva generación presente en el público, anoche fue una clase magistral de cómo ejecutar este estilo de música. Todo en su lugar y bien prolijo. Para aquellos que los siguen hace más de 35 años, un reencuentro con lo familiar. Incluso con canciones nuevas, pero manteniendo la esencia de una banda que no se deja caer y continúa por el camino del rock hasta que el cuerpo aguante.

Setlist:
Diario de una sombra
Sólo para amarte
Volviendo a casa
La otra cara de la moneda
Talismán
El círculo de fuego
Cuando hoy es ayer
Hijos de la tempestad
Guerrero del arcoíris
Mujer amante
Rock es Rock
Rock and Roll Hotel
Aún estás en mis sueños
La leyenda del hada y el mago

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