15 de junio 2024.
Por Carlos Barahona.
Fotografías por Marcelo González.
La cacofonía es un término que se refiere a un conjunto de sonidos discordantes y desagradables al oído. En la literatura o en la lingüística, esta ocurre cuando se utilizan palabras que, al combinarse, producen un efecto sonoro desagradable o difícil de pronunciar. Este recurso estilístico puede ser intencional o, en algunos casos, puede resultar de una elección pobre de palabras. Un ejemplo de cacofonía sería la frase «raro ruido rítmico».
Por el contrario, cuando sucede todo lo opuesto, se llama eufonía, la que se refiere a la combinación armoniosa y agradable de sonidos en una palabra o frase, que resulta placentera al oído, donde los sonidos fluyen de manera suave y armoniosa. Un ejemplo de eufonía sería la frase «susurros suaves». Este mismo suceso fue lo que ocurrió anoche en Sala Metrónomo. Dos armonías, dos fuerzas de la naturaleza musical combinaron y produjeron una amalgama que desde un inicio generó expectación en esta excéntrica combinación dentro de la escena musical local. Por un lado se aproximó Como Asesinar a Felipes, a estas alturas, una institución dentro de la música alternativa, con su propuesta que mezcla hip hop con la elegancia del jazz. Por el otro, Asamblea Internacional del Fuego, otros gigantes, pero desde la vereda de la escena local del hardcore, quiénes desde inicios de este siglo vienen siendo referentes para todo un movimiento underground, con su discurso y coherencia político social.
El reducto de barrio Bellavista apenas comenzó a anochecer se fue preparando para el ritual que se vendría y a esos de las 20 horas abrió la puerta para los feligreses de esta religión llamada música. Media hora después y monedas, CAF inició la sesión. Desde el primer tema, la energía que emanaba del escenario era palpable. Cada miembro de la banda mostró una maestría impresionante sobre su instrumento, y la compenetración entre ellos era evidente. La batería marcaba un ritmo firme y preciso, creando una base sólida sobre la cual los demás músicos podían construir sus complejas armonías. Las líneas de bajo, llenas de groove, mantenían un pulso constante que hacía imposible quedarse quieto, mientras que los vientos, en formato flauta traversa y saxofón, aportaban capas de melodías ricas y texturas sonoras que envolvían a la audiencia.
El vocalista, Koala Contreras, se destacó no solo por su potente presencia escénica, sino también por la profundidad y la complejidad de sus letras. Sus versos, llenos de reflexiones filosóficas y críticas sociales, atrapaban la atención del público y los llevaban a un viaje introspectivo. Cada palabra pronunciada por Contreras parecía estar cargada de significado, invitando a la audiencia a explorar temas que van más allá de lo superficial. Su capacidad para combinar el ritmo del hip hop con la lírica del jazz resultó en una experiencia auditiva única y enriquecedora. Canciones como “Dale”, “La puerta no se abre sola” o “Disparan”, por nombrar algunas, conformaron un setlist que rondó la perfección. La elegancia del jazz siempre otorga otra métrica a lo furibundo que es el hip hop, enriqueciendo toda la experiencia.
El público, completamente inmerso en la experiencia, respondió con entusiasmo a cada tema. Los aplausos y ovaciones no se hicieron esperar, y en más de una ocasión, la banda fue obligada a detenerse por unos momentos para recibir el merecido reconocimiento. El ambiente era eléctrico, y cada canción parecía elevar aún más el nivel de la presentación. Además de la excelencia musical, Como Asesinar a Felipes destacó por su compromiso con el arte como medio de expresión y cambio. Las letras de Koala Contreras no se limitan a entretener; buscan despertar conciencias y provocar una reflexión sobre la realidad que nos rodea. Temas como la desigualdad, la búsqueda de identidad y la resistencia ante la adversidad fueron abordados con una poesía cruda y sincera, mostrando que la música puede ser una herramienta poderosa para la transformación social.
El cierre del concierto fue un broche de oro perfecto. “Si te pillo, te mato” dejó una sensación de satisfacción y plenitud, pero también de deseo por más. La despedida fue cálida, y la banda agradeció al público por su energía y apoyo, prometiendo regresar pronto. La presentación de Como Asesinar a Felipes fue mucho más que un concierto; fue una experiencia sensorial y emocional que dejó una marca imborrable en todos los presentes. La solidez del grupo, su increíble compenetración y la profundidad de las letras de Koala reafirmaron la importancia de mantener viva la tradición del hip hop y el jazz en un formato de banda en vivo.
Cuando el reloj marcaba las 22 horas en punto, Asamblea Internacional del Fuego, una banda emblemática dentro de la escena del hardcore nacional y sus derivados sonoros, entró en acción. Asamblea es una banda que está envuelta de una mitología y especie de fanatismo oculto entre quiénes le siguen. Su propuesta una vez más ha vuelto a conmover a sus seguidores, con un concierto cargado de emoción y mensajes contundentes.
Su presentación reciente no solo demostró su destreza musical, sino también su compromiso con las causas sociales y políticas. La banda, conocida por su energía en vivo y sus letras introspectivas y críticas, dedicó su show a denunciar el genocidio que está perpetrando Israel contra el pueblo palestino, un tema que resonó profundamente entre los asistentes y que agregó una capa de urgencia y relevancia a su actuación. Una imagen de fondo de gente resistiendo y el lema “La humanidad comienza en Gaza”, no dejó a nadie indiferente, sobre todo cuando, si lo pensamos, a unos metros más allá de la Sala, está el barrio Patronato, cuna de la diáspora palestina más grande del orbe.
El concierto comenzó con «Comunión», un tema que preparó el ambiente para una noche de introspección y protesta. Desde los primeros acordes, la conexión entre la banda y el público fue palpable, creando una atmósfera casi ritualística donde cada nota y palabra eran absorbidas con fervor. La energía de la banda era contagiosa, y los asistentes se dejaban llevar por la intensidad de la música y el mensaje. Canciones como «Icaro, Apología al vuelo» y «Mate Amargo» siguieron, llevando a los oyentes a un viaje emocional a través de la melancolía y la rabia, con letras que evocaban imágenes vívidas de lucha y resistencia.
Uno de los momentos más poderosos de la noche fue la interpretación de «El Sonido de los helicópteros». La intensidad de la canción, acompañada por visuales impactantes sobre la lucha palestina, hizo que muchos en el público sintieran una profunda empatía y tristeza. Este tema, en particular, resonó con una fuerza especial, ya que la banda aprovechó para hacer una pausa y hablar directamente sobre la situación en Palestina, instando a los asistentes a no cerrar los ojos ante las injusticias y a apoyar activamente la causa palestina, y sobre todo, no acostumbrarnos a las imágenes del horror.
La banda no dejó de lado sus clásicos, y «Devastados (La suerte de Roma)» demostró por qué Asamblea Internacional del Fuego sigue siendo una referencia obligada en su género. La interpretación de la canción fue particularmente conmovedora, subrayando el sentimiento de pérdida y búsqueda de justicia que atraviesa muchas de sus canciones. Estas interpretaciones no solo mostraron la habilidad técnica de los músicos, sino también su capacidad para conectar emocionalmente con su audiencia, haciendo que cada canción fuera una experiencia compartida.
Además, temas como “Santiago – La Paz”, mostraron la habilidad del grupo para combinar poesía y protesta, logrando que cada canción fuera una declaración de principios, añadiendo una capa de crítica social, abarcando temas desde la alienación hasta la resistencia colectiva. Estas canciones demostraron la profundidad y la amplitud del repertorio de la banda, ofreciendo una reflexión crítica sobre la sociedad y el mundo en el que vivimos. Una vez más quedó claro el que Asamblea Internacional del Fuego no solo se preocupa por la perfección musical, sino también por transmitir un mensaje poderoso y relevante. El final del show fue una explosión de emociones, con la banda entregándose por completo en el escenario y el público respondiendo con una ovación ensordecedora. La intensidad y la pasión con la que interpretaron estas últimas canciones encapsularon la esencia de la banda y su compromiso con la justicia y la verdad.
En resumen, Asamblea Internacional del Fuego ofreció un concierto inolvidable, donde cada canción fue un llamado a la conciencia y la acción. La banda, fiel a su esencia, utilizó su plataforma para denunciar las injusticias y solidarizarse con el pueblo palestino, recordando a todos los presentes la importancia de no permanecer indiferentes ante el sufrimiento ajeno.
Este show doble de CAF y Asamblea, no solo fue una demostración de talentos, sino que también destaca su compromiso con las causas justas, reafirmando su lugares como unas de las bandas más importantes y comprometidas de la escena musical chilena actual. La noche fue una celebración de la música como herramienta de cambio, un recordatorio de que, a través del arte, se puede luchar contra la opresión y abogar por un mundo más justo y humano. Una eufonía por donde se le miré, a pesar de las cacofonías en las que nos encontramos inmersos a nivel global.