Por Jaime Farfán.

Una voz suave y rasposa, sobre un delicado entramado de beats electrónicos, acordes acústicos de guitarra y un puñado de versos simples pero efectivos. Desde su primer single, Milky Chance anunciaban su capacidad para generar temas memorables, música articulada para la distensión, el relajo y el sentirse bien, por lo que su siguiente presentación en Chile, agendada para el 14 de mayo en el Teatro Coliseo, es una de las fechas imperdibles en este otoño nutrido de conciertos. Los alemanes vienen por segunda vez a nuestro país para promocionar su última producción, Living in the Haze, que se suma a una meteórica trayectoria de cuatro placas, brillando con una producción dinámica, cargado de temas eclécticos y arremolinados vapores de psicodelia.

Iniciando su aventura musical por el año 2012, Milky Chance, compuesto por el vocalista y guitarrista Clemens Rehbein y el multiintrumentista Philipp Dausch, se conocieron mientras realizaban sus estudios secundarios en Kassel, una encantadora ciudad del centro de Alemania. Nacidos entre los restos de un quinteto de jazz que no funcionó, el dúo sintió una conexión única que los invitó a colaborar, grabando sus primeros singles en casa para luego promocionarlos por YouTube. Así, se beneficiaron de la promoción global que los servicios de streaming, en la cresta de la ola, ofrecían por aquellos años, y un humilde single, repentinamente tenía todos los oídos del mundo atentos. Se trataba de «Stolen Dance», el primer tema que grabaron, que alcanzó un éxito tal, que los elevó desde un estudio improvisado a Coachella y los primeros puestos de las listas Billboard en menos de tres años.

Pero no era solo un golpe de suerte. La fórmula moderada de los alemanes relució con sus mejores tonos en Sadnecessary, el disco debut del 2013. Con su producción electrónica con aires folk, a momentos muy indie rock o hasta un poco reggae, resultó ser una propuesta divertida y atractiva, sostenida por otras canciones destacadas como «Flashed Junk Mind» y «Down by the River», que fue incluida en el Fifa 2015. Pronto estaban girando por todo el mundo, siendo invitados a shows de televisión y ganando premios, sin lugar a dudas, la banda brillaba por su habilidad para generar letras que conectan con la audiencia.

Toda la efervescencia del meteórico ascenso quedó capturada en Blossom, el segundo disco en que los alemanes demostraron frescura y renovación, una balanceada mezcla entre una dinámica instrumentación y una pesada base rítmica. Destaca la deliciosamente repetitiva canción que le da nombre al álbum, además de “Bad Things” y la relajada infusión de armónica y reggae en “Cold Blue Rain”. Por esa época fue el primer show de la banda en nuestro país, ante un emocionado, frenético y abultado público en el Lollapalooza del 2018.

Los éxitos continuaron con el minimalista Mind the Moon, publicado el 2019, invocando aires playeros en “Fado” y en la entretenida “We Didn’t Make it to the Moon”. Un favorito entre los fanáticos, considerado más completo que su predecesor y fiel al sonido que caracteriza a la banda, pero su promoción se vio truncada por la pandemia. Sin embargo el dúo no se quedó quieto, lanzando durante esos años dos cintas de mezcla, una compilación de varios covers, demos y remixes reunidos en los Trip Tape 1 y 2.

Sin detener su búsqueda constante, los alemanes se mudaron a Berlín y no eligieron a un productor en particular para su siguiente grabación, buscando enriquecer la paleta sonora y capacidad de experimentación. Los resultados de esos cambios se sienten a lo largo de todo Living in the Haze, lanzado hace ya un año, donde Milky Chance suenan confiados, seguros y más refinados. Sin lugar a dudas, con tantos temas nuevos bajo el brazo, la presentación de la próxima semana en el Teatro Coliseo será memorable, una brisa de calidez y buena onda en medio de estos fríos días.

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