Banda invitada: Amalgama.
5 de mayo 2024.
Por Rocío Belén.
Fotografías por Javier Martínez.
Tan sólo un año tuvo que pasar para que los alemanes Accept retornaran a Chile tras una exitosa presentación en The Metal Fest 2023 junto a gigantes del género como Testament, Stratovarius y Kreator el pasado año. Iconos históricos del heavy metal con casi cinco décadas de historia musical, que no pasa desapercibida ante los cientos de asistentes que llegaron hasta el Teatro Coliseo para presenciar la octava presentación de los germanos en nuestro país.
Los rusos Amalgama sorprendieron con creces iniciando la jornada a eso de las 19:45 hrs. Llega el circo a la ciudad entonando un heavy metal épico que bordea el power. Se autodenominan ‘melodic rock’ quizá porque la figura del keytar y los riffs pegajosos están más ligados al rock que al metal, sin embargo no es más que un juego de palabras carente de juicio objetivo, y es que hay elementos del metal que jamás tendrá el rock y viceversa.
Es esa la conversación musical que se desarrolla en el escenario capitalino junto a los transoceánicos, en un vaivén de melodías que danzan entre coros y proezas, con dureza y sutilezas. Fue sin duda el personaje de MirRon Deaff quien se llevó todas las miradas: un payaso tétrico que aparecía y desaparecía en el escenario junto a su teclado móvil y vestuario acorde al statement. Es este payaso además el protagonista y cara visible de la banda, algo así como una mascota, pero con mayor incidencia. Es también la portada de diversas piezas incluyendo todo el merch de la banda.
Con una fórmula probada, los asiáticos Amalgama presentaron un show potente, entretenido y dinámico, algo distinto a lo que acostumbramos por más que nos presenten una puesta en escena que durante décadas ha funcionado, y es que el hard rock no por nada dominó extensamente la industria por años. La voz estridente de Vlad «Graf» Ivoilov entonaba agudos armónicos, sumando sólidos medios soportados por las distorsiones vocales graves de Roman Valerev, armonizando al compás de su bajo.
Canciones como “Fight for freedom” y “Brothers in rock” encantaron a la audiencia, un público que poco los conocía, y que sin embargo acompañó enérgicamente los cánticos y aplausos al ritmo del bombo de Vladimir Zinoviev. Y como no todo podía ser estridencia, las revoluciones bajan y en un beat más lento se luce la Jackson blanca de Attila Vörös en tiernos tonos dulces. Para cerrar el espectáculo, que traía principalmente su recientemente publicado álbum Mastermind, volvemos a los años dorados con lo que ellos llaman “un himno de rock nostálgico”, presentando el cierre con “Back to the 80’s” como un as seguro bajo la manga, terminando de conquistar al público entre gritos y saltos en lo que fue su debut en nuestro país, sumando una buena cantidad de nuevos fanáticos a sus líneas tras haberlos conocido y escuchado por primera vez en esta jornada de apertura.
Pasadas las 21 horas comienza el plato fuerte de la noche. Sin tapujos, muchos de los fanáticos no dudaron en repetirse el plato tras haber visto a Accept hace un año, y es que no se compara un show de larga duración con lo acotados que son los festivales, comparando también la masividad con lo íntimo de un teatro como lo es Coliseo. Desde el minuto cero suenan con brutal cohesión dejando la batuta al jefe Wolf Hoffmann, y es que el alemán conoce a la perfección el producto que entregan desde hace ya cinco décadas. La coreográfica propuesta se hizo notar desde el inicio junto a “The reckoning” y la homónima que da nombre al disco y a la actual gira de Humanoid, recientemente lanzado este año. “Restless and wild” es uno de los movimientos seguros en el tablero, desatando la locura que antecede “Midnight mover”, “London leatherboys” y “Straight up Jack” al hilo. Nada mejor que un clásico como “Dying breed” para reafirmar con solidez el lugar que se han ganado en los corazones del público chileno.
Introduciendo al invitado especial de esta gira, nos presentan a Joel Hoekstra junto a su platinada Flying V, quien da paso al sensual festín de “Riff Orgy”, denominada así la conjunción de cuatro grandes singles: “Demon’s night”, “Starlight”, “Losers and winners” y “Flash rockin’ man”, con notable fiato y sincronía a dúo junto a Hoffmann, danzando al compás de los riffs en honor al título que recibe la pieza. Corren al frente y al centro las cuatro cuerdas en “Breaker”, alimentando un crescendo en la sincronía Hoekstra – Motnik – Hoffmann – Lulis, quienes se forman casi militarmente para despeñar los mástiles en la clásica puesta en escena que caracteriza a Accept, y es que son ellos el ejemplo que utilizó Hollywood para crear la empirica imagen de banda de rockstars que inspiró generaciones completas a empuñar el fret y zamarrearlo al ritmo de cada canción, creando coreografías completas para todas y cada una de las canciones, marcando un atractivo que de éxtasis no falta.
Una sola voz se vuelven cientos y el público canta “Olé, olé, olé, Accept, Accept”, en la antesala de “Amamos la vida”, dándole protagonismo a cada uno de los instrumentos en su medida justa, que más se sintieron en una de las baladas de la jornada, pues es en los lentos donde quedan al descubierto todos las variaciones sonoras, las que se hicieron presentes en lo que fue un show perfecto. Continuamos en la sección lenta de la velada junto a los soldados del averno, entonando “Shadows soldiers” a coro junto al dueto de cuerdas hermanas que vibran en altos armónicos.
Nos detenemos en este momento para hablar del impecable desplante de Mark Tornillo en las voces principales, y es que este caballero mientras más entrado en años llega, más color y temple tiene en sus cuerdas vocales. “¿Quieren cantar?” pregunta, y comienza el desmadre con “Princess of the dawn”. Los clásicos destellaron uno tras otro, siguiéndole “Metal heart”, “Teutonic terror” y “Pandemic”. Con el público en el bolsillo se retiran de escena para concluir entre circle pits, mosh y una poco oportuna bengala, cerrando la jornada con “Fast as a shark”, el mega clásico millonario “Balls to the wall” y el himno de los insurrectos “I’m a rebel”, para concluir la contienda entre acalorados gritos y aplausos.
Accept en nuestro país es una jugada segura, y es que a pesar de que diariamente en la capital se desarrolla una infinidad de eventos, el público se mantuvo fiel y contento, comprometidos con la causa inmortal del heavy metal que han cimentado los alemanes a lo largo de la historia, con una carrera legendaria que se niega a morir y que por lo pronto sólo nos entrega luces de perpetuidad, pues la sonrisa en los rostros de los músicos y del público sólo evidencian una relación inquebrantable que se ha forjado en acero desde el viejo continente hacia el mundo entero.
Setlist Amalgama:
Proton
Dark lacroix
Mastermind
Amulang
Fight for freedom
Brothers in rock
Spring of my life
Dark night
Beat of your heart
Back to the 80’s
Sun valleys
Setlist Accept:
The reckoning
Humanoid
Restless and wild
Midnight mover
London leatherboys
Straight up Jack
Dying breed
Riff Orgy
Breaker
Amamos la vida
Shadow soldiers
Princess of the dawn
Metal heart
Teutonic terror
Pandemic
Fast as shark
Balls to the wall
I’m a rebel
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