Parque Bicentenario de Cerrillos.
15 de marzo 2024.
Por Jaime Farfán.
Fotografías por Francisco Aguilar A.
Una de las principales características de King Gizzard and the Lizard Wizard (KGLW), es su constante y camaleónica reinvención. En su corta pero vertiginosa carrera, los australianos han probado hacer de todo, desde pop sesentero a lo The Beatles, hasta un electrificante techno europeo. Pero desde sus inicios, en el corazón les bombea lava, como demostraron ayer cerrando el Alternative Stage en lo que fue el primer día de Lollapalooza Chile 2024, entregándose en una presentación hipnótica, pesada y recargada de sus mejores temas de áspero rock psicodélico.
El piso del Teatro Coliseo aún no terminaba de enfriarse. El debut del grupo en nuestro país tuvo lugar ahí, la noche anterior del jueves. La fecha, que estaba incluida dentro de los sideshows del festival, estaba vendida en su totalidad hacía varias semanas. Toda esa expectativa desbordó el recinto de Nataniel Cox, y KLGW respondió con ferocidad, levantando un setlist que incluyó varios temas de Nonagon Infinite, y una explosiva versión de “Gila Monster”. Con un amplio catálogo a su haber, para la segunda fecha en Lollapalooza tocaron una lista de canciones totalmente renovada, desplegando en otra plataforma la amplitud de sus capacidades.
Como en varios lugares del mundo, en Chile ya tienen una fanaticada dedicada, y varias poleras de la banda (oficiales o de bootleg), se podían observar en varios asistentes. También llenaron con velocidad las primeras filas del recinto, y gritaban emocionados al ver a los miembros de la banda configurar sus instrumentos. El guitarrista, Joey Walker parecía encantado, y respondió a los saludos con una sonrisa amplia Stu Mackenzie, vocalista y líder de la banda, se veía cómodo también, y abren el show, sin mayor introducción, con la energía de la suite de cuatro temas de I’m in your Mind Fuzz, en un continuo de distorsión y garage.
En medio del caos, quien dirige al grupo hacia adelante es Michael Cavanagh, que detrás de su característica batería de acrílico naranjo y azul, marca el paso con su dinámica técnica, transformándose en el foco de los primeros temas. En el fondo, las visuales simulan diversos patrones y colores derritiéndose, mientras Mackenzie salta inquieto como un canguro sobre el escenario, gruñendo con el micrófono dentro de la boca, las repetitivas letras de “Cellophane”. Pronto las expectativas del público estallan, y se arma una multitud de cuerpos sudorosos que bailaban, gritaban y chocaban entre sí en enormes mosh pits.
KLGW no hizo más que avivarle la cueca a los locales continuando con “Crumbling Castle”, la oda progresiva que abre Polygondwanaland. Las cabezas no dejan de sacudirse al ritmo de las densas ondas que emiten los australianos, que no dan tregua prosiguiendo con “The Fourth Color”, también del mismo disco. Ambos temas son recibidos con fervor por parte de los fanáticos, que llevaban largo tiempo esperando poder escuchar algunos de sus temas favoritos, o presenciar lo que estaba siendo una atrapante sesión de jam.
Tras una hora exacta de un show impecable, los australianos decidieron cerrar con la lisérgica “Iron Lung”, la calma tras la tormentosa erupción volcánica que fue el resto de la presentación. Con su inconfundible estilo y su energía arrolladora, la banda demostró en el Parque Cerrillos por qué son considerados mundialmente unos verdaderos maestros del escenario. Y así, con la promesa de nuevas aventuras musicales por delante, los fans dicen hasta pronto, confiando en que esta no sería la única vez en que King Gizzard and the Lizard Wizard trata de domar al feroz monstruo del público chileno.
Setlist:
I’m in Your Mind
I’m Not in Your Mind
Cellophane
I’m in Your Mind Fuzz
Crumbling Castle
The Fourth Colour
Hell
Supercell
Dragon
Iron Lung