8 de julio 2023.

Por Amaranta Cartes.
Fotografías por Juan Pablo Maralla.

Nostalgia. Es la primera palabra que se viene a la cabeza cuando Solar anuncia una tocata para celebrar los 25 años de su disco debut, Play. El recuerdo es de un video que aparece fugazmente y muy de vez en cuando en los canales del cable y que, justamente, comienza con la frase “ha pasado el tiempo”. Pucha que ha pasado. Recuerdos de canciones que se conseguían en plataformas de descarga ilegales, en tiempos en que Spotify era probablemente un proyecto en construcción en la mente de algún habitante del primer mundo (en ese tiempo no había un discurso tan claro sobre evitar piratear la música nacional, pedimos disculpas). Tal vez alguna de las canciones de Play fue recolectada en un casete de alguna aficionada que se pasaba las tardes grabando canciones de la radio. Eran tiempos análogos y la música de la banda noventera acompañaba el mood de días nublados de adolescentes con gustos alternativos. Convertidos ya en adultos cuarentones, esos fanáticos y fanáticas, visitaron expectantes la Sala Metrónomo en el barrio Bellavista la noche del 8 de julio, para volver a escuchar, después de décadas, las canciones del emblemático LP y comprar la reedición del disco por primera vez en vinilo. Acompañados por The Ganjas, la emblemática banda nacional dejó cuerpo y alma en el escenario, logrando transportar a los cientos de asistentes a su juventud melancólica y fugaz.

La salida de Solar fue precedida por The Ganjas, quienes envolvieron a la sala en la atmósfera psicodélica tan característica de su sonido. Explorando los límites del rock, The Ganjas apeló al mismo pasado que convocó al público a la sala, con canciones como “Como from the sun”, “La lluvia no quiere caer” o “Riot Dub”, el viaje sónico fue gozado por los fanáticos con la calidad sonora que solo un recinto como Sala Metrónomo puede ofrecer. The Ganjas fue el portal para desdibujar el tiempo y el espacio, un DeLorean a los 2000, recordando sus innumerables shows en vivo entregados en dichas décadas. El escenario es su lugar predilecto. Son como peces en el agua tocando en vivo. Por supuesto, temas como «Drug Doctor» y «Darkside», estuvieron presentes. Capas de guitarras distorsionadas, efectos atmosféricos, ritmos hipnóticos y letras en inglés, invitaron a toda la sala a sumergirse en el universo paralelo de la música de Samuel “Sam” Maquieira (guitarra y voz), Luciano Mariño (guitarra), Rafael “Pape” Astaburuaga (bajo)y Aldo Benincasa (batería). Aunque un poco más jóvenes en edad, The Ganjas también celebra más de dos décadas de vida y demostraron seguir siendo los jefes de la psicodelia en Chile, dejando al público preparado para más y esperando a quienes sí que no pisaban un escenario como ese hace largo tiempo.

Cerca de las diez de la noche, Solar asomó sus instrumentos, pero no comenzaron a tocar inmediatamente. Estaban preocupados de que todo saliera perfecto. Una vez que las condiciones estuvieron aseguradas, la banda partió con todo, sin filtros, directo al grano con “Vacío”, una de las favoritas del público, que mostró rápidamente que los asistentes fueron realmente a corear un álbum que conocían de principio a fin. El vinilo recién comprado por muchos fanáticos se levantaba entre las cabezas con su característica carátula azul, tan fría y poco solar. Y así como la primera canción fue un “oldie” de los buenos, la segunda fue un estreno igual de potente. “Los bailes” fue una degustación del presente de la agrupación, dejando claro que su intención es seguir vigentes en estos locos años 20. Volviendo rápido a los clásicos, “Por costumbre”, su single más importante, no esperó al cierre, sino que sonó y revivió en los presentes el sonido que ya es de culto. Rápidamente dieron a entender que este sería un concierto de idas y vueltas, y fue justamente después de terminada su interpretación, que el vocalista, Alejandro Gómez, anunció “vamos a merodear entre el pasado, el presente y el futuro también”, dando paso a otra canción reciente, estrenada en 2019, con la colaboración de Cristián Heyne, titulada “Problemas del futuro”. Agradeciendo a The Ganjas, dieron a entender que este sería solo el comienzo de toda una nueva etapa para el grupo, que se viene un tour y que el próximo disco está a punto de ver la luz del sol.

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Es importante recordar que la carrera de Solar también vio el nuevo milenio y generó sencillos de enorme popularidad. Fue así como “Sábado”, una canción del año 2000, fue solicitada una y otra vez por la fanaticada y desató la locura una vez que sus acordes sonaron luego de “Port a luz” y “Armonía”. Fue entonces, el momento de presentar a los integrantes: en batería Claudio Olguín y Alejandro Gatta; Javier Pañella y Arturo Figueroa en teclado, Ricardo Contesse en guitarra y coros y Emiliano Gómez, hermano de Alejandro, como invitado en la percusión. Los nombres permitieron comprender que había vigencia y que mientras existan ganas, Solar seguirá creando. Es así como “Aquí y ahora” fue también un adelanto de su próximo disco que disfrutaron tocando en vivo por primera vez.

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Lamentablemente, el tiempo se hizo corto, y recorrer un cuarto de siglo en una tocata no es una tarea sencilla. El intento terminó, además, con menos canciones de la que tenían planeadas, pero con la energía que desbordaba los cuerpos de los músicos que no podían más de la emoción. La gente pedía canciones, mientras Ricardo Contesse pedía una y otra vez “un aplauso para ustedes”. Los fanáticos gritaban saludos y piropos, mientras Alejandro Gómez repetía la frase “¡Qué noche!”. Éxtasis mutuo y cercanía entre artistas y oyentes fue la simbiosis de esta celebración única. Tal como era su contexto noventero, este fue un concierto del pasado, sin exceso de fotos, en el que el guitarrista o el vocalista se acercaban al público y nadie les ponía un celular en la cara. Faltó poco para que salieran los encendedores para que el ambiente fuera del todo vintage. Finalmente, las canciones elegidas para cerrar la velada fueron “Impredecible” y “Medícame” y se sintieron en el ambiente las ganas de más. Pudieron volver, como volverán de aquí en adelante, para interpretar “Lo que eres”, temazo seguro, canción épica para cerrar el encuentro. La gente seguía cantando mientras salía de Metrónomo, se escuchaban los comentarios de emoción y los juicios de “¡Qué buenos son!”. Éxito rotundo para la nostalgia y el renacer.

Solar brilla con luz propia. Es una estrella tan cálida como invernal. Es el soundtrack del otoño y de la lluvia, así como de fines de los noventa y principios de los 2000 en que el sonido de bandas como Guiso, Matorral, Tsunamis, Casino o Hielo Negro, complementaban la escena independiente y se situaban como herederos de Electrodomésticos, Panico, Upa!, o Emociones Clandestinas. Lo cierto es que ver de regreso a una de las más emblemáticas custodias del rock nacional es un privilegio y un placer que se disfrutó a concho en la movida noche de Bellavista. A medida que continúen expandiendo su carrera, es evidente que estarán dejando una marca indeleble en la música chilena. El futuro de Solar permite soñar con la idea de que siempre se puede volver a revivir los momentos de antaño y que, a la vez, la creatividad no tiene límites. Que el sonido que se amó puede seguir expandiéndose y que la música es infinita, incluso en los rincones más recónditos de este pedazo sureño del mundo. No queda sino agradecer el viaje, los recuerdos y las nuevas propuestas que Solar supo brindar con energía a su público más fiel, que no se olvidó de ellos en estos 25 años.

Setlist:
Vacío
Los bailes
Por costumbre
Los problemas del futuro
Port a luz
Armonía
Sábado
Aquí y ahora
Impredecible
Medícame

Encore:
Lo que eres