9 de junio 2023.

Por Freddy Contreras.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

El 15 de marzo del 2003 arrancó 31 Minutos por las pantallas de Televisión Nacional de Chile, con una propuesta muy peculiar, sin precedentes en la programación infantil chilena. El uso total de la parodia, ocupando hasta el mismo espacio que aquello que imita, el noticiero televisivo. La recepción del programa fue notable, el programa más veraz de la televisión rápidamente se volvió uno de los favoritos de la audiencia. Un estelar de títeres, una joya de ficción que a su manera conecta con la realidad chilena y se vuelve familiar.

Uno de los ingredientes que explican el éxito de 31 Minutos es ese humor que sabe moverse en diferentes registros, entre lo explícito y lo implícito, entre lo burdo y lo elaborado, con guiños a la cultura popular que convocan a las distintas generaciones de las familias. Otro de los ingredientes es su alto contenido valórico y educativo, 31 Minutos puede hacer convivir el humor con temas muy profundos, muy difíciles de hablar. Tanto en sus notas, en sus canciones, en sus diálogos, etc, logran, sin perder el humor, tratar problemáticas sociales muy complejas dejando siempre un mensaje de respeto y cuidado al otro.

Hay un sin fin de elementos que hacen a 31 Minutos un proyecto sumamente rico y auténtico, esto desembocó en la realización 4 temporadas del programa, como también en diversificar su contenido con películas, álbumes, propaganda, teatro, y por supuesto, conciertos. Y esto no queda solo en Chile, 31 Minutos ha tenido un éxito rotundo en México, Colombia y Brasil. Sin mencionar los diversos premios y reconocimientos que han ganado en las distintas disciplinas que han incursionado.

Este es un programa sin precedentes en lo que respecta a contenido infantil, pero que si rasgamos un poco en el material de la televisión chilena encontramos, por ejemplo, a Plan Z, un programa de los 90’ que comparte muchas características estilísticas con 31 Minutos, y es que sus creadores son los mismos, Álvaro Díaz y Pedro Peirano. Si bien Plan Z no tuvo el mismo éxito, hoy se le conoce como un programa de culto que no fue bien comprendido para su época.

Luego de este breve resumen de una extensa trayectoria de 20 años retomamos lo que se vivió esté 9 de julio en el Movistar Arena con el show Yo nunca vi televisión. Una escenografía alucinante de 10 m. de altura, con varios niveles y estructuras desmontables, pantallas y juego de luces, una trama inverosímil llena de momentos hilarantes. Este era el escenario que congregaba a un público de adultos y pequeños ansiosos por ver el espectáculo, por doquier se veían títeres de Juanines y Bodoques, ropa con diseños de 31 Minutos, gorros, poleras, entre otros merchandising.

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Había mucha excitación en el estudio de 31 Minutos por una infartante noticia de último minuto, pero antes de siquiera leerla hubo un corte y aparecieron los primeros números musicales, canciones tan emblemáticas como “Rin rin raja” y “Tangananica, tangananá”, las cuales hacían un uso del escenario muy entretenido, sonando muy bien y con interpretaciones frescas, lo que sería la tónica para todas las canciones posteriores.

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Tras las primeras canciones de la velada, se da a conocer la noticia, la que era que en breves minutos sería lanzada por la «Agencia Espacial de Titirilquén» una pizza gigante al espacio exterior. Mientras tanto aún no ocurría el lanzamiento se presentaron unas breves noticias/canciones entre medio: “Señora, Devuélvame la Pelota o Si No, No Sé Lo Qué Haré”, «Perro Chico» y «Doggystyle». Donde pudimos ver a través de cierta transparencia y luces a los músicos instalados en los dos últimos andamios de la estructura.

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Finalmente, tras una cuenta regresiva, la pizza gigante fue lanzada, pero algo que no estaba previsto sucedería. Entre tanto continuaron canciones como la rockera “Señora interesante”, la triste “Diente Blanco” con una variación muy linda hacia el final recordando al gran artista mexicano Juan Gabriel, y “Ríe”, que fue interpretada con una performance increíble por el titiritero y cantante.

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Volviendo al estudio presenciamos junto a su panel como la pizza lanzada salió de su trayectoria y colisionó con el planeta Siluris, dejando todo el planeta atestado de queso y los demás ingredientes, provocando carcajadas y mofas en el estudio. Sin embargo la risa no duraría mucho, ya que es emitido un comunicado en el que el comandante C-Lurio declaró que iría a esclavizar al planeta tierra por la insolencia cometida contra su planeta natal.

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Bodoque advertía un plan para zafar el conflicto con Siluris, un intermedio con canciones, “Objeción denegada” puso a mucha gente de pie. El plan de Bodoque era engañar al comandante y hacerlo creer que había llegado a su propio planeta por error, C-Lurio se lo creyó y partió nuevamente. Sin embargo pronto aterrizaría nuevamente en la Tierra con ánimos de venganza y cumplir su cometido de esclavizar a la humanidad. Como contrapunto a toda esta historia fueron interpretadas otra batería de canciones, entre las cuales figuran «La Regla Primordial», «Lala”, «Son Pololos” y «Equilibrio Espiritual». Clásicos del primer álbum de 31 Minutos que tenía a todo el público coreando y moviéndose al ritmo de la música.

Destacable fue la intervención de Calcetín con Rombos Man que sostuvo una lucha contra el comandante invasor que transitó por distintas plataformas famosas de videojuegos ochenteros proyectadas en la gran estructura multiuso del escenario. Sin embargo, Rombos Man, no pudo vencer al extraterrestre. Finalmente, aparece Policarpo para salvar la situación comunicandole a C-Lurio que ya conquistó la Tierra con su pegajosa canción “Ritmo Sideral”, no contesto con esto, el comandante de Siluris decide devolverle la pizza al planeta tierra cubriendo todo de queso, finalizando así, la trama del Show.

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Pero quedaban unas canciones en el tintero que no podían faltar antes del cierre, así es como fue que aparecieron «Bailan Sin César”, «Mi Muñeca Me Habló»,»Arwrarwrirwrarwro» y finalmente una interpretación muy sentida de «El Dinosaurio Anacleto», momento en que la gente encendió sus linternas al ritmo de la canción. Cuando parecía que todo había acabado hubo un remate que comenzó haciendo alusión a el famoso e internacional “Cumpleaños feliz”, el cual era más que merecido en honor a los 20 años de trayectoria de 31 Minutos, para posteriormente ir modulando al himno del programa de televisión, «Yo Nunca Vi Televisión» y luego a “Happy Birthday” de The Beatles, lo que se transformó en el broche perfecto parta la fiesta que de seguro seguiría en la casa de Juanín.

La presentación fue impecable, con estrategias escénicas que funcionaron perfecto para trasladar un programa que funcionaba en la televisión a otro tipo de montaje, en lo que se podría hablar de un proyecto multimedial que se vale de un increíble show de luces, escenografía, música en vivo, proyecciones, y títeres, por supuesto, con todo ello en un equilibrio que logra mantener y potenciar la magia del programa original que durante la velada de este domingo encantó tanto a chicos y a grandes.